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lunes, abril 29, 2024

Placeres que matan

La adrenalina es la protagonista. Luz tenue, música, diversión y alcohol. Para muchos una experiencia placentera para el tacto, el oído y el olfato. La vida está llena de nuevas emociones y de inimaginables fantasías que te pueden llevar al cielo o al infierno.

La intención es lograr que la pasión esté por encima del sonido de las manecillas del reloj. “No va pasar nada”, “no hago daño a nadie”, “soy libre”, “ya me aburrí de que el gobierno me obligue a estar encerrado”, éstas son algunas frases comunes en la boca de jóvenes y adultos cansados de un encierro que solo busca cuidarlos. Sin embargo, muchos de los que sueltan estas ligerezas, son seres humanos pensando que el peligro no pasa de una simple resaca.

Un juego, un mensaje que lleva a otro, luego una llamada y sin pensar ya estás con él, ella o ellos en un bar, una discoteca o cualquier centro de diversión informal. Sensaciones que no se controlan, el querer lo prohibido y no parar hasta conseguirlo. Un juego, un coqueteo a la muerte.

Durante esta semana todo el país ha conocido la trágica noticia de las 13 personas fallecidas en una discoteca ubicada en el distrito limeño de Los Olivos. Personas que aparentemente murieron aplastadas o asfixiadas al intentar huir de la policía que se presentó para detener una fiesta prohibida debido a las restricciones por el la emergencia sanitaria.

Al momento de la intervención unas 120 personas estaban participando en la reunión clandestina. ¿Una noche de diversión? ¿Acaso desconocían las normas establecidas en pandemia? ¿Qué buscaban? Preguntas que se quedan al aire, porque simplemente la irresponsabilidad abunda en un país en donde miles de personas prefieren morir que respetar las leyes que solo buscan que una sociedad vuelva a ser la misma. A este paso nunca llegará la normalidad a nuestras vidas.

Estamos sufriendo cambios severos socialmente y poco o nada importa. La muerte de las 13 personas y los detenidos ha puesto en claridad la irresponsabilidad, ya que solo de 22 intervenidos en la discoteca, 15 dieron positivo al Covid 19, número que se multiplica y llega hasta los policías, quienes solo estaban cumpliendo su labor. El Ministerio de Interior informó que los asistentes a la fiesta clandestina intentaron escapar por la única puerta de ingreso, atropellándose y quedando atrapados entre la puerta y una escalera de local. Una noche de diversión que terminó en una lamentable tragedia.
Debemos de dejar de vivir al límite y comenzar a pensar con la cabeza y no con las ganas de sentir placer, de ese placer que se esfuma y no deja huellas.

No estamos para fiestas, no estamos para “un parcito”, no estamos para un “nadie se va dar cuenta”, no estamos para “un ratito nomas, el policía ya se fue”. ¡NO! Es momento de ser lo más sensatos posibles con nuestros actos, porque solo de ello depende que nuestra familia esté bien y sobrellevar el virus sin morir en el intento.
Si vamos a disfrutar que sea con una copa de responsabilidad, porque los placeres abundan y matan…

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