23.7 C
Tarapoto
sábado, mayo 4, 2024

Cómo revolucionar la agricultura nacional

El mes pasado la prestigiosa revista The Economist alertaba en su portada acerca de una catástrofe alimentaria que se nos avecina debido a una serie de factores, entre ellos, la guerra entre Rusia y Ucrania. Y, ahora, los medios nacionales nos informan del encarecimiento de los fertilizantes (principalmente la urea) y el menor número de hectáreas de cultivo que se dedicarán a la producción nacional. Esto nos debería llamar poderosamente a la reflexión. ¿Qué se ha hecho por la agricultura nacional? ¿Por qué nuestra agricultura familiar sigue siendo de subsistencia? No debería serlo, y este debe ser el desafío.

En el año 2000, antes de caer el régimen de Fujimori, se dio la ley Nº 27360 o Ley de Promoción al Sector Agrario, más conocida como “Ley Chlimper”. Una ley con un conflicto de interés descarado, ya que en ese tiempo el Sr. Chlimper era Ministro de Agricultura y se benefició como propietario de una empresa agroexportadora. Estos beneficios, o subsidios para ser más claro, se prolongaron por 30 años y consistían principalmente en devolución del IGV, pagar menos Impuesto a la renta y menos aporte a Essalud en comparación con otras empresas del régimen general, y ni hablar del recorte de los beneficios laborales a sus trabajadores. Fernando Eguren, de CEPES, dice que aparte de todos esos privilegios, desde los años 90 el Estado ha invertido $ 6,500 millones en obras de irrigación en la costa (donde las principales beneficiarias son empresas agroexportadoras) de los cuales solo ha retornado al Estado $ 500 millones. Como diría un bromista: “Así cualquiera”.

No es mi propósito criticar a las agroexportadoras, sino el de hacer notar la diferencia abismal entre el apoyo que se le brinda a la agricultura familiar frente al sector agroexportador. Vemos a “connotados” economistas y a muchos de sus cabezas parlantes decir que los agricultores no deben recibir apoyo del Estado. Se desgañitan con la muletilla de siempre, o sea, de que los agricultores deben buscar ser más productivos, esforzarse más y no esperar nada “regalado” del Estado. Este tipo de comentarios aparte de hirientes son de una tremenda deshonestidad. Se sabe que países como EE.UU., Vietnam, Uruguay o España, por poner algunos pocos ejemplos, subsidian a sus agricultores, y en algunos casos se sigue subsidiando cultivos como el maíz, el arroz y el trigo, y eso hace que sea una batalla cuesta arriba para nuestros agricultores locales.

¿Por qué se sigue privilegiando a un sector que los datos indican claramente que ya alcanzó el pleno desarrollo, pero se objeta y critica cuando el apoyo busca llegar a nuestros agricultores olvidados? Las respuestas son muchas. Rainer Schickele, en su libro ´Tratado de Política Agrícola´, dice que “La igualdad no significa que todos tengan ojos azules ni las mismas aptitudes y aspiraciones, sino que tengan iguales oportunidades para desarrollar sus talentos y participar en la producción”. La visión de desarrollo de nuestro país debe ser integral y justa e involucrar a cada uno de sus actores. (Comunicando Bosque y Cultura).

Artículos relacionados

Mantente Conectado

34,544FansMe gusta
280SeguidoresSeguir
1,851SeguidoresSeguir

Últimos artículos