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jueves, mayo 9, 2024

Intervención del obstetra en la atención de la paciente gestante críticamente enferma

Las pacientes embarazadas críticamente enfermas representan un reto para el equipo de salud, debido a los cambios fisiológicos propios de la gestación, así como que se trata de dos pacientes (madre y feto) con fisiologías distintas. En los países desarrollados la disminución de la mortalidad materna se debe principalmente a las mejores condiciones socio-culturales y económicas, pero también a que se han instaurado mejoras en los cuidados obstétricos, cuidados críticos y anestésicos de las pacientes obstétricas.

La necesidad de ingreso a la Unidad de Cuidado Intensivo (UCI) en una paciente obstétrica es baja, esta varía según algunos reportes entre un 0,07% a un 0,9%, en países desarrollados, siendo la principal causa de dichos ingresos las complicaciones de la pre-eclampsia y de las hemorragias postparto. Lo relevante de esta situación es que, si bien existe un bajo porcentaje de ingreso a las UCI, la mortalidad de estas pacientes varía de un 0% a un 25%, existiendo algunos reporten que ubican este evento en hasta un 60%, dependiendo de los recursos humanos y materiales con que se cuente en los establecimientos de salud según el nivel de atención.

La medicina del enfermo en estado crítico requiere de un enfoque multidisciplinario, que se basa en la integración de conocimientos, habilidades y destrezas por parte del personal que brinda la atención, así como de espacios con adecuados recursos tecnológicos. Si se considera que 15% a 20% de las mujeres gestantes cursan alguna patología previa o concomitante con el embarazo, o bien tienen un evento obstétrico desfavorable, ésta es la razón de orden multifactorial por la que este porcentaje de mujeres vulnerables requiere de una infraestructura y personal calificado, que esté en torno a este estado grávido- puerperal crítico.

Si bien la mortalidad materna ha sido utilizada como una herramienta de medición, la morbilidad materna extrema, es el evento que actualmente recobra importancia, entendiéndose como tal aquella situación en la cual una mujer durante el embarazo, parto o postparto presenta un evento que potencialmente amenaza su vida y por el cual finalmente no fallece, debido a las intervenciones y calidad de atención que recibe por parte del personal Obstetra especializado en Cuidados Críticos. Esto determina que la mortalidad materna sea un pico del iceberg, ya que por cada muerte materna se estima que hay 20 a 30 mujeres que sufren morbilidad extrema, cada uno de estos casos tiene una historia que contar, que nos puede indicar los factores desencadenantes del problema. La definición de morbilidad materna extrema más aceptada, para la identificación de los casos, define tres categorías como son: los criterios relacionados con la enfermedad específica, los criterios relacionados con la falla o disfunción de órganos y los criterios relacionados con el manejo instaurado a la paciente.

Es en este contexto que el profesional Obstetra especialista en Cuidados Críticos, que brinda atención a estas pacientes, debe poseer las competencias necesarias para realizar pesquisa precoz de signos y síntomas, que dan cuenta de dichas complicaciones, como también asumir las conductas propias de su rol en las situaciones de urgencia que lo ameritan. En los Hospitales de nuestra región aun no contamos con la participación del profesional Obstetra especialista en Cuidados Críticos por que esas unidades de atención de Obstétrica Critica y perinatal están siendo implementados por nuestros profesionales obstetras especialistas.

Obst Asistencial del Hospital Docente San Bartolome
Doctorado en Salud Publica

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