Por: Betty Leveau Sinti
A propósito de las altas temperaturas que afectan nuestra Amazonía y a San Martín en particular y que está generando drásticos recortes de agua con altos costos para las familias, nos debe llevar a la reflexión de que este no es un fenómeno pasajero y que en cuanto lleguen las lluvias se acabará y luego nos olvidaremos. No, el voceado cambio climático en el mundo es una realidad y nos agarra desprevenidos.
La falta de agua sólo llamó la atención de las empresas prestadoras de este servicio, EMAPA en nuestro caso, pero no se miró el problema de fondo, para prever máximas sequías y ponerse en alerta roja. Para la misma EMAPA, las Municipalidades Provinciales de San Martín y Lamas, la Mancomunidad Municipal de la Cuenca del Cumbaza y otros afectados ha sido un hecho coyuntural, pasajero y no un problema.
En ese marco. El río Cumbaza y sus afluentes se convierten en protagonistas de aquí a futuro para garantizar “Agua para Todos” y algo más, que de pronto no miramos con el valor e importancia que se merece.
En los años 60 Tarapoto se abastecía de agua del río Shilcayo, de los Puyos del Achual y el Fondero y del agua de lluvia. El baño de recreación se hacía en las aguas frescas del río Shilcayo, donde hoy recordamos con añoranza las pozas que dejaba a su paso. El río Cumbaza en Morales en ese entonces imponente, era el “Balneario” a donde la juventud se volcaba no solo por sus aguas, sino por los primeros recreos que se instalaron a sus orillas. Parece increíble esta rápida descripción ya que las generaciones actuales la conocen como dos ríos que son el desagüe de Tarapoto, con escasa agua y en algunos lugares, habitados por gallinazos que sirvie de basurero a las familias y negocios ubicados en sus riberas.
Si eso hicimos en las décadas de los 60 a 80, ahora, han pasado cerca cuatro décadas de actitud irresponsable frente a la naturaleza, frente a nuestra actitud complaciente, de nacidos en esta provincia y miles de familias que hoy son habitantes de estos espacios con sus usos y costumbres su idiosincrasia. Los tiempos cambian y ojalá cambiaran para bien, pero tristemente esto no es así, hoy enfrentamos una realidad que no supimos proyectar políticas públicas de respeto y algo más…
Entonces, ¿serán San Pedro, San Antonio y San Roque los últimos balnearios para Tarapoto, ¿las próximas víctimas?
Basta ver las carreteras de acceso a estos distritos y centros poblados durante el aumento de la temperatura con una procesión de carros y motos la gente en busca de espacios naturales o para refrescarse y evadir los casi 40° C que nos golpea.
Regresando a nuestras primeras líneas, “los balnearios” son la escena nostálgica, la del recuerdo; lo que nos trae a la realidad es que, nos volcamos a estos tres lugares de la cuenca porque son los únicos que tienen agua. En síntesis, estamos por destruir lo poco que el Cumbaza puede darnos. San Roque es el distrito en cuyo territorio se encuentra las nacientes de este río que alimenta a más de 6 distritos, entre ellos Tarapoto y Lamas, que en conjunto concentran el mayor volumen poblacional de la región.
No tomar conciencia de ello es poner en riesgo no solo la seguridad de contar con el elemento esencial para la vida de los seres humanos que habitan esta zona, sino también atentar contra la economía de los pequeños agricultores. Emprendedores turísticos, gastronómicos, transportistas, y la vida propia en todas sus expresiones.
Las fichas están en el tablero, autoridades, estamos a tiempo, es hora de actuar. Se tienen que abordar el problema desde el control de la depredación por la ocupación de las zonas de protección, las lotizaciones indiscriminadas y no normadas, por el uso no regulado de los canales de riego. En sus manos está el futuro de los pobladores de Lamas y San Martín.