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lunes, abril 29, 2024

Entre viajes y recuerdos

He estado hace algunos días en el Perú, celebré un año más de matrimonio, el 22 de febrero, yo le llamo el día de la fraternidad amorosa (en Cajamarca, departamento que visité por vez primera, mi abuelo materno, Asencio Sánchez Vigo, él nació en Celendín, viajó a la selva peruana y tomó raíces en Shapaja, distrito de la provincia de San Martín, al borde del río Huallaga, porque conoció a mi abuelita, María Luisa Rojas), me cantaron mi aniversario en la ciudad que me vió nacer (por favor, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer)…y sobre todo, estuve en nuestro país para conmemorar los 50 años de haber culminado la primaria. Mis compañeros de la primaria y yo, fuimos la primera promoción de la Escuela de Aplicación de la ciudad de Tarapoto. Llegaron de los Estados Unidos, de Europa, y de diferentes partes del Perú ; nos esperaban los que vivivían en Tarapoto.

Nos acordamos de los que no pudieron aunirse a tal acto magno, y de los que están en presencia del Señor. Nos querían balear con perdigones, porque algunos ya tenemos el pelo blanco…salvo las damas, que siguen guapas y esbeltas, y algunos varones (estos últimos porque se tiñen el cuero cabelludo con jagua) El día central fue el sábado 9 de marzo del 2024, comenzamos en Radio Tropical, bien tempranito, con una entrevista llena de jolgorio y remembranzas, con Adolfo Fasanando (me hubiera gustado también conocer a Adolfo Hitler). Continuamos con una misa en la iglesia católica de la Ciudad de Las Palmeras, celebrada por el padre niño Goyito (no me acuerdo su nombre, pero su chapa sí), es cura en Tabalosos (verdad digo y no miento), aunque haciendo memoria se llama Miguel Flores. Y terminamos en casa de nuestro amigo y hermano del alma, Jarold Ramírez, cariñosamente le decimos, el « Shinguito ». En otra oportunidad, les contaré largo y tendido de sitios, personas y otras anécdotas, vividos luego de mi última estadía en la Amazonía peruana.

Conversé con Julio Quevedo hijo, para tener un espacio, y enviarle por lo menos una vez al mes un artículo que cuente mis vivencias de los viajes que realicé en el Perú y en otras latitudes. Para que aparezca en el diario Voces. Y convenimos de llamarlo : Entre viajes y recuerdos.

Hago un alto en una novela que estoy escribiendo y que llevaría como título (si el destino lo desea) : Una vida…mil amores.
Introducción : El ser humano es un animal extraordinario, complejo y paradójico. Puede hacer cosas realmente de un gran contenido altruista, dando su vida por sus semejantes y la naturaleza ; pero también, de las cosas más indignas, con un alto grado de atrocidades inimaginables. Los ejemplos, de dos lados, sobran en la materia, les dejo a cada quien reflexionar sobre el asunto.

En todas la épocas, en cada generación ha habido, hay y habrán personas ejemplares, y personas degradantes, por la manera de ser, de pensar, de decir y de actuar.

Podrán haber diferencias exponenciales entre los seres humanos, individual o colectivamente hablando ; pero hay algunas situaciones semejantes a todos los Hombres (mujeres y hombres), entre ellas esto: el de haber nacido para amar y ser amado.

En un momento dado de nuestras vidas, por un tiempo corto o largo, yo no sé, estuvímos, estamos o estaremos confrontados a dar amor y recibir amor. La infancia y nuestras experiencias formarán nuestra manera de ser frente a esta realidad existencial, a la cual, todos estamos llamados a responder…según nuestros recursos y medios que estén al alcance de nuestras posibilidades.

Les contaré la historia de Guillermo Erasmo Sánchez Linares, joven tarapotino, que tuvo una vida (como todos nosotros) sobre la faz de esta tierra, llena de ilusiones y decepciones en lo que se refiere a la relación amorosa con el sexo opuesto (existió, existe y existirá también amores idílicos o conflictuales entre seres del mismo sexo, que no será nuestro propósito aquí). Actuar en diferentes lugares y varios momentos vividos, con el bagaje que recibió siendo niño de sus padres y la ayuda o no de su contexto social (somos herederos, todos, sin excepción de nuestros espacios-tiempos históricos de origen), del cómo respondió, actuó, pensó o no, de lo que él creía que era lo correcto para su vida y su entorno…, y sobre todo, qué hacer y encontrar una salida frente al corazón destrozado y el cerebro hecho añicos, a causa de su(s) relación(es) amorosa(s).

Sin contar las experiencias íntimas, con jóvenes, viejas, solteras, casadas o viudas, que Guillermito tuvo, lo que se trata son de relaciones amorosas, donde el sentimiento y la razón tratan de ir de la mano, y no de fugaces y momentos pasajeros de encuentros de dos cuerpos que tratan de saciar la sed del momento, impuesto por un presente agobiante. Mil y una historia de amores en la vida de una persona…Dejo de escribir esta novelita, para consagrarme a este nuevo espacio escrito.

Es así que comienza, esta serie, Entre viajes y recuerdos…una continuación, ¿Quién sabe?, de Remembranzas. Pedro Emilio Torrejón Sánchez.
Gumbrechtshoffen, marzo del 2024.

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