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lunes, abril 29, 2024

Sobre el control de esfínteres en los niños

El control de esfínteres no se aprende.

Repetimos: EL CONTROL DE ESFÍNTERES NO SE APRENDE.

Se adquiere cuando el niño está maduro para ello.

Caminar, hablar, comer, son funciones que se adquieren, cuando los niños están lo suficientemente maduros.

Son adquisiciones paulatinas, lentas, que llevan mucho tiempo.

Aunque la estimulación puede influir en algunos niños, lo cierto es que todos intentarán caminar alrededor del año, comer alrededor de los 6 meses, y controlar esfínteres entre los 2 ½ y 3 años.

No hay ningún apuro, puesto que la edad para comenzar a hacer todas estas cosas no tiene relación alguna con el desempeño posterior en la vida adulta, y a nadie le van a preguntar en la universidad, a qué edad aprendió a caminar.

Los adultos deberíamos preguntarnos qué nos pasa que estamos tan apurados por conseguir logros en nuestros hijos.

Al haber fijado como “normal” la edad de 2 años para el control de esfínteres, nos hemos creado un problema y, sobre todo, se lo hemos creado a nuestros hijos.

Bien entrada la segunda mitad del segundo año de vida (o sea, después del año y medio) algunos bebés pueden empezar a darse cuenta cuando tienen sucio el pañal e incluso a saber cuándo “se están haciendo”.

Este es un lento proceso que puede llevar alrededor de 2 años más, terminando al final de este proceso, en el control de esfínteres.

Es frecuente escuchar a las mamás excusando a sus hijos que se hicieron encima, diciendo “estaba tan entretenido jugando, que se olvidó”, o preguntando millones de veces antes de salir de cada lugar, si quieren orinar (o “hacer pis”), o limitando la ingesta de líquidos a la noche para que aguante sin mojar la cama.

Cuando el control de esfínteres está adquirido, estas escenas son infrecuentes.

A los adultos y a los niños mayores no nos ocurren estas cosas.

ESPERAR QUE LLEGUE LA TEMPORADA DE CALOR

Aprovechar la temporada de calor para quitar los pañales es una conveniencia de los adultos.

Así lo hacemos con el niño de un año y medio, con el de 2, con el de 2 y medio.

Perseguimos entonces a los niños incansablemente preguntándoles si tienen ganas de hacer pis, les tocamos las ropas, los sentamos en el inodoro sin ganas, e invertimos preciosas horas en comunicarnos en esta nueva escala de valores donde lo más importante, lo que pone feliz o triste a mamá, es “si me hice o no me hice”.

Quizás el mito de la temporada de calor haya sido heredado de la época de los pañales de tela, pero hoy en día, con los descartables, con lavadoras automáticas, no hay motivo alguno para apurar los procesos evolutivos de nuestros hijos.

Solamente nuestros propios apuros internos.

Algunos podrán controlar temporalmente esfínteres, cuando todos estamos de vacaciones, y tienen a mamá todo el día consigo, pero al comenzar las clases, las exigencias, las separaciones, vuelven a “retroceder”, dejando en claro que aún no pueden ocuparse de controlar esfínteres en situaciones donde están frágiles emocionalmente.

¿QUÉ NOS PASA A NOSOTROS?

Los adultos no hablamos entre nosotros de pises y cacas.

La etapa de adquisición del control de esfínteres de nuestros hijos, nos enfrenta con muchas cosas que quizás nos cuesta ver: el placer de los niños al poder decidir casi por primera vez, si retienen su pis o su caca, y hacerlos donde y cuando los desean; la delimitación de una zona de autonomía, de la cual quedamos excluidos.

Es un espacio de poder, donde son ellos quienes deciden y les causa placer estrenar esta capacidad de hacerlo por sí mismos.

Nos cambia radicalmente de lugar: aquí no podemos ordenar, ni forzar, ni apurar las cosas. Cada uno hace cuando quiere.

Es como cuando encuentran gran placer por poder gatear e ir donde ellos desean y no donde los padres lo llevan… Se sienten independientes…

DE DIA Y DE NOCHE

El control nocturno merece un capítulo aparte.

Aunque un niño controle esfínteres durante el día, pueden pasar aún muchos meses más hasta poder hacerlo por la noche.

Usualmente se dice que luego de varias noches con el pañal seco, el bebé está listo para dormir sin él.

A la hora de pensar en esto, es importante tener en cuenta que:

-El niño debe estar de acuerdo y saber exactamente qué está ocurriendo, debe entender qué se espera de él:

  • “Como hace varias noches que no mojas el pañal ¿te gustaría probar dormir sin él?”
  • “Te pondré un plástico debajo de la sábana para que no te preocupes si te haces pis, y probaremos”
  • “Si no quieres, probamos más adelante”

-Como todo proceso, el control de esfínteres no es algo lineal, sino que habrá muchos avances y retrocesos.

Esto es parte de lo esperable, y lo más importante es que nuestros hijos sepan que los acompañamos en este proceso y lo esperaremos todo lo que haga falta.

-En cualquier orden de la vida, el reforzamiento positivo es beneficioso (“qué bien lo hiciste, estoy orgullosa de ti”, “casi llegamos al baño esta vez, la próxima será mejor aún”).

Bajo ningún concepto es aceptable que resondremos al niño, que lo humillemos, que lo ridiculicemos o comparemos con otros amigos o hermanos que ya han logrado el control de esfínteres.

Recordemos que no hay nada que él pueda hacer para controlar.

No depende de que se acuerde, de que esté atento, ni de nada de eso.

Se debe estar MADURO para eso, y humillarlos o pretender acelerar el proceso es tan ridículo e infructuoso como gritarle a una oruga pretendiendo que se convierta en mariposa.

HÉCTOR PEREDA SERNA – PEDIATRA

Consultorio: Jr. Independencia Cuadra 7 (Zaragoza) Moyobamba
Atención:    lunes a viernes:  mañanas:   de 9:30 am. a 12:30 pm.
tardes:        de 4 pm a 7 pm.
WHATSAPP: 999 962 366
Fanpage: Dr. Héctor Pereda Serna – Pediatra

CELULAR PARA CITAS: 933 839 979

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