No debería ser un secreto nacional que entre los pasillos de parlamento se viene generando las condiciones para la reelección de gobernadores regionales, alcaldes provinciales y locales.
El objetivo necesita una reforma constitucional, es decir, que se pueda aprobar en dos legislaturas. Observemos que el dictamen recaído en los proyectos de ley 2027, 2067, y otros, que propone la Ley de reforma constitucional que modifica los artículos 191 y 194 de la Constitución Política del Perú se aprobó el pasado noviembre en la Comisión de Constitución con 12 votos a favor, 6 en contra y 3 abstenciones.
Es momento de realizar algunas reflexiones sobre “La Elección de una relección”. El debate debe contener todos los puntos de vista. Iniciemos entonces con la disposición del parlamento sobre relegir autoridades.
Esta representación nacional ya aprobó la relección de los congresistas, entonces se sobreentiende como están los ánimos de las bancadas.
Tomemos nota sobre los principales argumentos para sacar adelante esta reforma que busca una relección inmediata por un solo periodo adicional. Estas ideas fuerza versan sobre la oportunidad de otorgar un incentivo para la buena gestión. Del mismo modo, permite la profesionalización de la política. También, reivindica para sí el derecho a elegir libremente la continuidad o no de sus autoridades, con lo que le permite premiar al buen gestor. Se beneficia de proyectos de inversión y desarrollo a corto, mediano y largo plazo.
Este nuevo escenario de cambio constitucional se da en un contexto donde los partidos políticos tienen una predominancia en el sistema electoral porque los movimientos regionales han sufrido una clara reducción de fuerzas, además, las nuevas vallas que se han establecido para que puedan crearse nuevas agrupaciones regionales y mantenerse en vigencia, han sufrido un cambio en el aumento de restricciones.
Un apunte importante va en el marco de los tiempos políticos, al encontrarnos con la realidad de que esta iniciativa parlamentaria necesita dos legislaturas y estando a menos de un año para convocar a elecciones pudiéramos estar ante un nuevo cambio de la composición de los actores electorales de cara al 2026.
No tener claridad en este hito tiene diferentes repercusiones. La primera es que las autoridades locales gobiernan con un ojo en el municipio y con el otro ojo en el parlamento. La segunda es el “Uso de la institución para una relección” – en caso de contar con una primera aprobación en esta legislatura – miraremos con mayor exposición los planes de los que tentarán acogerse a esta nueva norma.
Ya hemos hablado de la elección que viene optando el Congreso, también hemos analizado de la posible elección de los actuales gobernadores y alcaldes (aunque otros intentarán ir del distrito a la provincia y viceversa según sea el caso). Ahora es bueno hacer una reflexión sobre lo que piensa la población.
Para la gente relegirse es repetir el plato, y para que una autoridad vuelva a comer el plato debe realizar algunas actuaciones por encima del promedio. Las personas siempre están en búsqueda del cambio, pero sucede que existen líderes que les dan garantías de trabajo y por eso pueden llegar a ser relegidos.
Considero que una gran prueba para medir la relección de las autoridades serán los procesos de revocatorias, en esa elección se unen todos los actores descritos. Estaremos atentos al desarrollo de nuestras hipótesis.