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martes, abril 30, 2024

El Sangapillal: Un bosque que rejuvenece a ancianos

LA SANGAPILLA. Una planta de grandiosos olores
LA SANGAPILLA. Una planta de grandiosos olores

Hombres que superan los 60 años, tienen una vitalidad que los de 35 envidiamos. La fuente de la juventud está en Cedropampa

Por: Lenin Quevedo Bardález

El recorrer este bosque cuidado fundamentalmente por ancianos, me recuerda a esas pelìculas de mi infancia en donde un grupo de jóvenes de corazón, que pintaban canas, encontraban una fuente de la juventud sin fin (como en Cocum, esa película que narraba la historia de unos ancianos que encuentran los huevos de unos extraterrestres que generaban una inusitada fuerza)

En el Sangapillal esa maravillosa fuente de la juventud es el bosque; en donde don Alfio Salas Grández a sus 75 años corre como si estuviese en una competencia, sin temor a caerse romperse los huesos. Y así parece ser pues uno de mis acompañantes (e incluso yo), se siente sumamente cansado después de subir una enorme loma bajo el sol del bosque seco de la provincia de Picota que en esta temporada llega hasta los 42° centígrados. Sangapillal es aun una solicitud, pero a punto de ser aprobada de 444.95 hectáreas, ubicada en el bosque seco tropical del Huallaga Central.

Pero para mayor impresión de los que llegamos a este lugar, también hay otro elemento que hace del bosque de leyenda: el olor de la sangapilla, esa flor pequeñita, que crece como añorando al suelo y que llena el bosque de olores míticos, de esos que servían a los que nos antecedieron en este suelo para enamorarse, tal como lo recuerda don Quino Putpaña Mori.

“Antes las mujeres utilizaban la sangapilla para adornar sus cabellos y con ello obtenían un olor que llenaba todo el espacio”, me dice don Quino, recordando aquellos tiempos y bailes de pifano y bombo baile. Adler Putpaña también bromea sobre la juventud de los suyos y dice que parecen venados saltando en el monte.

Pero aquí hay otros tesoros para estos hombres, que a altas edades se curan con las cortezas. Está por ejemplo el chuchuwasha, el bolaquiro y hasta el para para (potente brebaje para estimular la sexualidad), que es buscado como un tesoro por don Alfio, quien me muestra con el rostro iluminado que a pesar de todo, sus hojas no se doblan; así se las manipule con violencia. Hoy, se encuentran abocados a entrenar a una generación de nuevos guardianes del bosque, que ayuden a cuidar lo que muy pronto y por los próximos cuarenta años tendrán encomendado: el maravilloso bosque del Sangapillal.

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