De la conferencia ofrecida por Roger Rumrill García por el 234° Aniversario de la creación política del departamento de San Martín se desprendió, una enésima vez, que el turismo debe ser uno de los motores que impulse nuestro desarrollo. Pero cuando les informé que para promover el turismo un grupo de personas hicimos un viaje de nueve horas desde Pinto Recodo hasta el Puerto Tingana, en Juan Guerra, nadie de los presentes se inmutó, etc., etc. Porque lo que deseamos hacer, a costa de nuestro propio esfuerzo económico, es promover el turismo de aventura, recuperar para el turismo las antiguas rutas fluviales, pero la inercia y la política del ninguneo se imponen, y –como lo dijo un amigo—tienes que ser parte de los grupos periodísticos y burocráticos para que las iniciativas se difundan y se recojan. ¿Es así realmente?
Cuando recorro los pueblos buscando documentos e información, siempre alecciono a los lugareños de que deben ser ellos los actores principales del turismo dentro de una cadena equitativa y evitar que un solo actor sea dueño de todos los eslabones: venda los pasajes, traslade a los turistas, los aloje, les dé alimentación, les provea de los refrigerios…. y a los pueblos llegar solo a dejar la basura. Pues, ¡así no se hace turismo! Porque una amiga de Lamas me decía, cuando conversamos el tema, que los turistas que llegan a Lamas disfrutan de la belleza del castillo medieval, de la emoción de interactuar un breve tiempo con los pobladores del barrio Wayku, tomar fotografías…y ¡al vehículo!,… para el retorno a Tarapoto.
Debería tenerse políticas claras para promover el turismo de modo inclusivo y sostenible, como parte de una visión global de desarrollo de la región. No las tenemos, porque las burocracias se dedican al día-día, los asesores podrían estar manipulando y desinformando a las autoridades, los funcionarios no aportan, éstos por temor a que al decisor político no le guste la idea, se moleste y les saque en cara que el puesto se lo deben a él; …en este último caso se escuchan voces de personas bien informadas… Y los alcaldes, me parece, están en otros temas.
Con la creatividad de la gente de esta maravillosa región, y con la experiencia de otros países, podríamos fomentar el turismo regional, partiendo del principio general de que todos somos turistas, como ya escribí hace casi veinte años, y todavía seguimos con la idea de que turistas son los Smith, los Polansky, los condes de la Selva Negra, los veraneantes de la Riviera Francesa, o quienes se solazan en las playas de la Costa Azul. Pues una forma de hacer turismo local lo hicieron hacia fines de los años cincuenta los chazutinos y shapajinos que con delegaciones culturales y deportivas se visitaban mutuamente dentro del espíritu de la reciprocidad. ¡Eso es turismo, amigos! Promover el turismo no tiene por qué costar mucho dinero.
A casi dos años de las actuales gestiones, tanto regional como locales, y existiendo gente competente en el entorno de los gobernantes, se podría avanzar aún más si es que le ponen corazón a sus desempeños y que la gente no se deje manipular y desinformar, porque hay gente experta en estos temas. Y sigo pensando en que el gobierno regional, con Víctor Manuel Noriega, se encuentra en buenas manos –confieso que voté por él, y lo saben muchos-_ pero tiene que darle un impulso ¡ya! a su gestión para que sea exitosa. Y eso depende de él… Y hacer como hizo Wilson…Pues, ¿me escuchará?… Después le paso la factura.