Por una cuestión de espacio, cuando escribí sobre la semblanza del doctor Gregorio Delgado del Castillo, oncólogo peruano que reside en los Estados Unidos, descendiente de otro preclaro profesional tarapotino, no recogí el dato del que hizo la semblanza del destacado profesional, Me refiero al maestro Telésforo Fasanando Tananta, conocido docente tarapotino, quien compartió aulas y experiencia de juventud con Delgado en la Universidad Nacional de Trujillo, donde derrotaron con una alianza de los demócratas a las fuerzas apristas, éstas que habían hecho del norte y de Trujillo, especialmente, su bastión y fortín. Indudablemente un tremendo mérito que los demócratas y la sociedad tarapotina debe reconocerlos.
El maestro Telésforo pertenece a esa hornada de excelentes docentes que demostraron en las aulas su sabiduría y experiencia. No lo he tratado, confieso, pero su prestigio trasciende más allá del limbo familiar y amical por su calidad expresada en las aulas, de esos tiempos en que los valores no solo se inculcaban, sino que se practicaban y que no era otro que la medida y los resultados de las enseñanzas en la escuela. Eran, pues, la época en que la enseñanza humanista perseguía la búsqueda de los logros, y no el idiotismo de nuestra época en que se persigue con una obsesión loca y fatua el éxito traducido en dinero y poder. Ese ´éxito´ que los motivadores chiflados inculcan en sus conferencias y cuando no es más que una parte de la estafa de la llamada modernidad…Igual con este tema de la ´competitividad´.
No puedo dejar la oportunidad de sumarme al homenaje por un nuevo aniversario del Proyecto Especial Huallaga Central y Bajo Mayo. Es una institución de prestigio desde su creación en 1979 durante el gobierno de Francisco Morales-Bermúdez Cerruti. Sus logros en la región son muchos. Sería largo expresar las grandes realizaciones del Proyecto, pero ya lo haremos en otro momento. Es oportuno también expresar mi gratitud a Antonio Pérez Cuzcano, Enrique García Pittman, ya fallecido, y Luis Rommel Arana Benavides, ex Directores Ejecutivos, quienes, en una u otra forma, me dieron una oportunidad de servir en dicha institución. Lo mismo también, obviamente, al Proyecto Especial Alto Mayo.
El viernes pasado encontré a Anita Celiz Bartra por el Mercado N° 2. Caminaba ensimismada, casi filosofando. Parecía estar reflexionando sobre el Premio Nobel de Literatura otorgado a Bob Dylan, o indignada por la suerte de Alan García Pérez quien parece acostarse con la diosa Fortuna pues al tipo la plata siempre le llega sola. Con Anita tengo una amistad desde 1980 cuando fuimos parte de la Cooperativa San Martín de Porres. En el diario VOCES leo el artículo de Álvaro Reinoso Elías dedicándole un homenaje a Bob Dylan y le agradezco por ese texto que no conocía.
Cada vez que recorro la ciudad me convenzo que Tarapoto ya no es la Ciudad de las Palmeras. Es la ciudad del cemento donde el alcalde, los regidores y sus funcionarios se han peleado con los árboles y el gran parque que queremos ya parece que será una nueva oportunidad perdida….Pero ya voy apuntando a un personaje a quién sí creo que no le van a salir con vainas y podría recoger mi iniciativa. Pero el tiempo lo dirá.