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lunes, abril 29, 2024

Nuestro tesoro

Estimado lector, bienvenido a esta columna de análisis y reflexión de los acontecimientos políticos que nos llevan a recordar como a entender que las decisiones políticas que tomamos afectan nuestra vida, nuestro entorno y nuestro bolsillo.

Y cuando hablo del bolsillo de los peruanos, en relación con nuestra historia, se me viene a la mente las siguientes interrogantes ¿Cómo estarían nuestros bolsillos, si es que los españoles no se hubieran llevado nuestro tesoro cruzando la mar? ¿Qué sería de nuestra economía, si hubiésemos aprovechado adecuadamente el periodo del guano y el salitre o el de la shiringa?

Estas interrogantes, si bien es cierto corresponden a distintos periodos en el tiempo, exponen una serie de patrones cíclicos, y, me atrevería a decir que son hasta casi sistemáticos donde se articulan los intereses nacionales, extranjeros, privados y nuestro tesoro. Y en referencia a nuestros ejemplos, podemos evidenciar que nuestra riqueza en disputa fue siempre a parar a otros puertos, más no recayó en el disfrute directo de todos los peruanos.

Hoy en día, la coyuntura nos vuelve a echar en cara este patrón cíclico. El caso Odebrecht nos ha vuelto a exponer, nuestra riqueza fue a parar a tierras brasileñas, nuestro tesoro nuevamente fue violentado, está vez utilizando procedimientos arbitrales, valiéndose del encaje y la adecuación en las leyes peruanas y recurriendo a la coima como modus operandi.

¿Pero qué estamos haciendo nosotros? o más bien ¿Qué estamos dejando de hacer para que esta triste historia se repita, una y otra vez? ¿Cómo protegemos y cuidamos nuestro tesoro? El ciudadano peruano, debe reconocer y entender que la política afecta su vida. Desde el voto – cuya decisión debe partir de una adecuada información, visto que es una acción muy importante, que determina a los guardianes formales de nuestro tesoro – pasando por los mecanismos de control y participación ciudadana – donde el ciudadano peruano está llamado a hacer escuchar su voz, su problemática y sus necesidades, protegiendo los intereses de todos y recordando a las autoridades que el poder emana del pueblo.

Las generaciones anteriores han bregado mucho por realizar transformaciones políticas y entregarnos mejores condiciones para desarrollar nuestra ciudadanía. Nosotros debemos seguir en ese camino, el ciudadano peruano debe salir de su status quo y asumir el papel de actor protagónico en el quehacer político, cuidando así nuestro tesoro por el bien de nuestros hijos y las futuras generaciones.

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