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sábado, abril 27, 2024

Las contradicciones con la Educación

Existen varios conceptos sobre la palabra educación: “Formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen. “La escuela se ocupa también de la educación en valores; cursos de educación para adultos; la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia”. Transmisión de conocimientos a una persona para que esta adquiera una determinada formación. La educación puede definirse como el proceso de socialización de los individuos. Al educarse, una persona asimila y aprende conocimientos. La educación es la formación práctica y metodológica que se le da a una persona en vías de desarrollo y crecimiento”.

Más que serios conceptos, al parecer los contenidos sobre la palabra educación, a la luz de la vívida observación, son fábulas ilusorias registradas para el cumplimiento de jugosas consultorías capitalinas. ¿Cómo se explica que funcionarios nacionales del sector educación no cuenten completa educación profesional? La ley de colegios profesionales es bastante clara, que nadie puede ejercer una profesión, sino está debidamente habilitado por el correspondiente colegio profesional. Como debería ser. Este hecho garantiza, al menos por la forma, que el funcionario profesional, asuma toda responsabilidad por las decisiones suscritas. Detrás está el colegio profesional, que de incurrir en error, muestre la cara y tome las debidas medidas institucionales. ¿Qué pasa si se designa a una persona, carente de habilidad profesional, un cargo de mucha responsabilidad, en una dirección nacional? Pero, ¿cómo se le ocurre a un jefe, otorgar el cargo de Premier a una persona que carece de habilidad profesional? Si esto acontece al máximo nivel, entonces, hay pase libre para que las direcciones nacionales y otros cargos de peso, se encarguen a personas que no cuentan con la correspondiente habilidad. Bueno, si esto sucede en ministerios varios, claro que no está bien, ¿cómo puede darse en el mismísimo Ministerio de Educación? Entonces, señores directores nacionales, jefes de programas del sector educación, si el título profesional, los estudios de posgrado, no son tomados en cuenta para nada en la contratación de personal, ya que está en sus benditas manos, “dispóngase el cierre de las universidades, el otorgamiento de títulos profesionales, la eliminación de los colegios profesionales, el cese de los estudios de posgrado”, y todo el mundo, revuelto como estamos, fría sus frijoles en sartén de palo. Esta es una flagrante contradicción del sector educación. Se supone, que lamentablemente queda solo en eso, en suposición, que los funcionarios del sector educación, especialmente del más alto nivel nacional, gozan de los más altos pergaminos académicos. Que todos son doctores en educación o en especialidades afines, que han transitado académicamente por todos los niveles y que ahora muestran las frondosidades de sus investigaciones, que precisamente son las cartas de sus acervos curriculares, con las cuales, desarrollan lineamientos educativos de largo alcance, presentan planes estratégicos integrales, acudiendo a la historia nacional, a la vida actual y a la prospección del futuro.

¿Hasta cuándo nos cansaremos de ser testigos directos del auge de la ineptitud de improvisados genios en la función pública? Déjese de mediocridades. Ya la población está mostrando agotamiento de su alicaída paciencia. Es de suma urgencia, aliviar la carga pesada de enredados instrumentos legales, que sirven muy poco, según conveniencias políticas. ¿Cómo se explica, que una misma ley se aplica, por similares delitos, de manera distinta a personas diferentes? ¿Qué tiene que ver el aspecto político en la aplicación de la ley? Entonces, que esa ley sea derogada. Por eso, se estima que hay que derogar más de la mitad de esas leyes. Si una ley no es para todos, simplemente no es ley, hay que derogarla. ¿Cómo se explica, que legisladores, quienes elaboran, proponen, discuten y aprueban leyes, no cuenten al menos con estudio superior y estén habilitados en el respectivo colegio profesional? Es una pena grande, que una persona que ocupa el cargo de congresista, esté buscando certificado de estudio de nivel primario. Los funcionarios del sector educación, del lugar que la persona congresista ha indicado, han hurgado sin obtener resultados positivos. Cuando de pronto, el anhelado certificado de un grado de nivel primario, aparece como por arte de magia. De verdad, es una contradicción del sector educación.

Así como los funcionarios del más alto nivel del sector educación, deben contar con los máximos pergaminos académicos, igual, los congresistas deben contar con similar nivel de educación. Y, no solamente del sector educación, sino de todos los ministerios, porque surge la imperiosa necesidad nacional de mejorar ostensiblemente el nivel de la educación, aplicada a la vida de hoy, basada en las únicas tres normas de los Incas, con enfoque de desarrollo integral sostenible del mañana. Las actuales contradicciones existentes con la educación, con el empuje de la población, deben disminuir progresivamente de manera inminente.

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