No hay duda que ningún peruano con dos dedos de frente considere al deportista y capitán indiscutible de nuestro seleccionado nacional como un verdadero ‘guerrero’, no sólo por su apellido paterno, sino y fundamentalmente por su garra, pundonor y resolución de dejar el alma en la cancha, es tal su entrega que la noticia de haber encontrado sustancias prohibidas en su organismo nos golpea de un modo desgarrador, algo así como aletazo de un depredador.
Es comprensible que los reflectores están puestos sobre nuestro talentoso deportista, es entendible la presencia de cientos de compatriotas ayer a su arribo al aeropuerto internacional Jorge Chávez, así como la multiplicación exponencial de opiniones de solidaridad en las redes sociales, incluidas respetables cadenas de oración y hasta chamanes y pitonisas que no faltan.
Pasemos del mundo de la fe, y bajemos a la realidad, a esa en la que las cartas están en manos de la ciencia, es importante esperar la presentación analítica del examen que como contraprueba ha solicitado ante la FIFA la defensa legal del delantero. También es real, que nuestro seleccionado nacional no contará con el depredador ante el decisivo partido contra Nueva Zelanda, pues la suspensión de los 30 días no queda suspendida por la sola solicitud de la contraprueba.
Los que consideran que se trata de un contragolpe fundan su sospecha en la supuesta ‘rareza’ que la FPF haya designado a un médico argentino para que acompañe a Paolo al control antidopaje, habiendo médicos peruanos; otros indican la probable contaminación de uno de los frascos utilizados en la prueba; asimismo indican que se trataría de una supuesta mano negra en el sentido que nadie en su sano juicio malograría su carrera adportas de alcanzar el gran objetivo de clasificar a un mundial.
Lo cierto es que de demostrarse que el posible ingreso de la sustancia Benzoilecgonina al organismo del delantero de una manera fortuita, ya sea en alguna bebida, alimento u otro, sin que esto signifique la intencionalidad del deportista de buscar consumirlo, será absuelto de responsabilidad, esa tarea hoy está en manos de los profesionales, entre bioquímicos y abogados, que estarán a cargo de la defensa de Paolo Guerrero.
Ahora, si la defensa del depredador no consigue demostrar la inocencia de Paolo Guerrero, estaremos ante la dureza de pensar en una probable irresponsabilidad que nos desgarrará el alma, entendiendo que Paolo Guerrero no es ningún novato y que sabe en demasía que se deben cumplir las reglas, ya sea en la Copa Perú, al inicio de un campeonato descentralizado o en las eliminatorias mundialistas, o , como este caso, ante el último peldaño para la satisfacción nacional de saborear el elixir de un mundial que Paolo y los peruanos merecemos.
Estando así las cosas, lo que queda es no perder la fe, seguir sosteniendo con nuestro apoyo moral a los que enfrentarán al seleccionado de Nueva Zelanda, el objetivo es claro, contar con Paolo en las canchas y con nuestra selección en el mundial de Rusia. El Perú, una vez más, será más grande que sus adversidades.