El pueblo entero está nadando en lodo. Es un fétido barro de miseria humana, porque quienes han tenido la oportunidad de conducirlo, han circunscrito al ser bípedo implume, reduciéndolo como el embudo, al despreciable dios dinero, como si el ser humano sería sinónimo de dinero, de materia, solamente. Se ha hecho creer al común de los mortales, que la vida humana gira solo en función al dios dinero, que un ser no es nada sin dinero ¿Es que las masas encefálicas se encuentran en su ínfimo nivel de capacidad? ¿Quizá son síntomas graves de carencias intelectuales? Vamos por partes, ¿Cuántos años de vida tienen los seres humanos sobre la tierra? Millones de años. ¿Cuántos años vive el ser humano en base al dinero? Digamos algunos miles; es decir nada, en comparación a la vida sin dinero. Por otro lado, ¿la vida humana es mejor con el dinero? Bueno, hay necesidad de hacer una seria reflexión con respecto a este medio de vida. La vida del ser humano debe estar relacionada al medio ambiente y no al dinero; pues, el dinero no nos da el oxígeno para respirar; no nos da el agua; no nos da el suelo; no nos da los animales que forman parte del bosque; no nos da las plantas para la vida en equilibrio con la naturaleza. A mayor dinero, más pobreza; a mayor dinero, más personas enfermas; a mayor dinero más personas sin casas, sin ropa, si alimentos, sin estudios, sin amor.
Una cosa es asumir el compromiso de administrar los recursos de la comunidad, que en buena cuenta es un alto honor por la confianza del pueblo, por lo que resulta imperativo hacerlo bien, procurando el equilibrio, en función a las normas legales; otra cosa es, actuar al revés; es decir, si el funcionario está obligado a resguardar esos recursos, sea el primero en sacar la vuelta a la norma para él saquearlos ¿cómo se llaman éstos actos? ¿Qué está pasando? ¿Es que se ha generalizado la idiotez humana? Bueno, si es un individuo se castiga severamente para que los otros siguientes fulanos se abstengan de hacer lo mismo; pero, aquí los funcionarios públicos en masa, se han convertido en saqueadores de los recursos del pueblo, comenzando por las cabezas políticas, esto ya es el colmo de las barbaridades humanas. ¿No hay nadie quien pare ésta idiotez? Claro, si alguien es honesto, es calificado como tonto, idiota; es más, simplemente no tiene trabajo; ah, además, le “siembran” droga, críticas periodísticas, para desprestigiarlo moralmente. Tan fuerte ha sido y sigue siendo la influencia de un malévolo individuo, que desde la década de los noventa, se siguen empleando esos negros métodos de hacer mala política ¡Increíble! Un agricultor contrata peón para administrar sus recursos, se supone para lograr rentabilidad; ocurre que el peón, aprovecha el tiempo de su permanencia para saquear los recursos del agricultor. Existen casos, donde los peones usan argucias para seguir quedándose más tiempo, solo con la finalidad de seguir saqueando los recursos del agricultor. Eso mismo pasa con los tres niveles de gobiernos de los pueblos. Entonces, el pueblo ha elegido saqueadores, en vez de administradores de sus recursos.
En un sistema democrático, hay tres niveles de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Ahora ¿quiénes fueron los legisladores genios que han hecho una ley electoral, donde el grupo perdedor tuviera amplia mayoría en el congreso? Éstas son las consecuencias de contar con ese nivel de congresistas, que aprueban leyes con el hígado y la barata verborrea. Por eso el planteamiento, que los representantes de esos tres poderes, cuenten necesariamente con los máximos niveles académicos: Maestría y/o doctorado. Y no pues, congresistas ni siquiera con nivel primario completo. Si es posible, sin ánimo de discriminación, inclusive, que provengan de raíces eminentemente nacionales, descartando de plano por el momento, hasta la estabilización del sistema, a los de rasgos extranjeros: que blanquiñosos, que rojizos, que amarillentos, nada, aquí los nacionales, con sus errores, son nacionales, salvo mejor parecer, porque ya son cientos de años que se vienen soportándolos y se notó que solo vienen con mentalidad saqueadora, desde los llamados conquistadores hasta la fecha. Bueno es culantro, pero no tanto. Se ha demostrado que lo nuestro es lo mejor, desde el desarrollo integral humano de nuestros antepasados incas. ¿Cuándo se inicia la debacle del país? La respuesta es clara, desde la llamada conquista, donde se mataron a millones de compatriotas nacionales inocentes, por el poder político, por llevarse todo el oro, la plata, no importando la destrucción de lo que han podido.
¿Cómo se entiende que un grupo de legisladores, legalizados por una ley electoral pésima (Para hacer esas malas leyes se les paga jugosos sueldos), pretenda desestabilizar el sistema democrático, tumbándose al propio Presidente; modificando a su antojo convenido al tribunal constitucional; entrometiéndose en el Ministerio público; desestabilizando el poder judicial? Es un grupo que interpreta las normas acorde a sus malsanas conveniencias. Es tiempo de hacer entender a éste pequeño puñado de malcriados, que el poder principal de una comunidad, no está en los tres poderes solamente, sino, este poder mayor se encuentra en la voluntad del pueblo.
Ahora más que nunca, se vislumbra, que el pestilente lodo de la corrupción, correrá un poco más en masa hasta encontrar las aguas claras de la honestidad, en base al genuino motor de la sociedad, que es la firme voluntad de la gente, donde los contratos serán verídicos, sin adicionales; donde los concursos serán reales, sin ser simples cumplidos; donde primero será la persona; donde se respetará el medio ambiente; donde se cultivará el amor de Dios.