En esta gestión no se culminó y entró en arbitraje
La carretera Chazuta – Curiyacu, fue una de las primeras obras emblemas anunciadas por la saliente gestión regional de Pedro Bogarin.
Con bombos y platillos inició la obra en enero del 2020, a cargo de la empresa AZELCAR SAC; sin embargo, esta obra denominada “mejoramiento y construcción de la carretera departamental SM-106”, que tuvo como presupuesto inicial más de 30 millones de soles y que debía unir las comunidades nativas de Tununtunumba, Llucanayacu, Shilcayo, Túpac Amaru y Chazuta Curiyacu, no se ha culminado. Sería lanzada a una licitación con el saldo de obra restante.
Decimos eso, porque la empresa AZELCAR SAC entró en un arbitraje con el Proyectó Especial Huallaga Central y Bajo Mayo, por no haber podido culminar los trabajos. Trabajos que por cierto resaltaron más por tratarse de infructuoso. La empresa no supo o no pudo calcular detalles no plasmados dentro del expediente técnico.
Lo que, por mucho tiempo la molestia, protesta de los pobladores que se suponía debían ser los directamente favorecidos, debido a que incluso, las autoridades de Curiyacu y a la población, en un momento sabían que la empresa AZELCAR SAC había sido declarada insolvente. Pero a pesar de eso los trabajos continuaron, hasta que la empresa no pudo más y los trabajos se paralizaron dejando en deuda a personal obrero, como siempre los más afectados.
Ahora queda solo esperar resultados del proceso de arbitraje, y esperar se haga la nueva licitación que se ejecutará como dijimos con el saldo de obra restante. Entonces la pregunta cae de por sí, ¿la gestión Grundel terminará esta obra?