Estamos ya casi a media quincena del mes de Julio y a cinco meses para que este año 2015 llegue a la parte final, y todos empecemos a trazar o renovar nuestras metas y proyecciones. Es el mes de fiestas patrias. El discurso presidencial será casi siempre uno más de los casos protocolares, pero aun estaremos lejos de ese discurso de promesas de seguridad, de bienestar social, de firmeza laboral, de seguridad económica. Todos estos hechos teoría, pero casi nadas hechos realidad.
Empecemos por el día del maestro. Un trabajo pedagógico bastante sacrificado por los diferentes matices que se le mire. Por el lado académico y de autoformación del maestro. Si bien esto trae satisfacciones personales al maestro que leyendo y estudiando permanentemente, tiene gratas cosechas de satisfacción personal, de familia y de amistades. Y sobre todo satisfacciones cuando su capacidad de auto aprendizaje es llevado al terreno de sus alumnos para que éstos siendo el centro de la razón de ser de un maestro, sean los testigos y receptores de las mejores actitudes y de los mejores desafíos para emprender caminos de superación.
En este terreno de la parte académica, hay muchas universidades que ven en los docentes la varita mágica de un buen desembolso económico, a nombre de ciertos aprendizajes como los diplomados, maestrías y doctorado. Que siendo universidades privadas que imparten estos grados académicos, siempre lo van a mirar con mayor resultado económico de beneficio para ellos. Difícil una universidad privada le va a cobrar a un docente a un costo de flexibilidad, de tal manera que su economía de ese maestro se vea flexible tanto para pagar sus costos de estudio y flexible para sus demás gastos sociales.
Esto último lógicamente no existe, porque si estudia ese maestro, apenas le alcanzará para que pague costos de su estudio.
Entonces si esto es la realidad que vive el maestro. El Ministerio de Educación debería generar jornadas de preparación y fortalecimiento académico (no empleemos el término capacitación), porque éste suena a un binomio de superioridad e inferioridad de parte de los que imparten y reciben respectivamente.
Tengo entendido que el Ministerio de Educación está emprendiendo y compartiendo estudios de diplomado de una manera gratis. Esto lógicamente se felicita y debe ser permanente, pero a elevados niveles más ambiciosos, por ejemplo dar opciones para los estudios de licenciatura, maestría y doctorado, como lo hacen las universidades particulares, pero el Ministerio de Educación debe diferenciarse de ellas, es decir, las particulares cobran para estos estudios costos bastante fuertes, pero la universidad nacional en convenio con el MED, debe ser gratuito.
Con esto sí, estaremos hablando ya de una revolución educativa, siempre y cuando vaya acompañado de un buen trato económico, un sueldo que sea justo y digno para todas las expectativas sociales de superación de ese maestro.
Los pueblos del interior del país empezarían a soñar positivamente por nuevas perspectivas de superación; los hijos empezarían a ser mejor alimentados y tuvieran las mejores oportunidades para seleccionar y estudiar las mejores carreras, que el solo hecho de estar estudiando, tanto para él y para sus padres, ya sería una satisfacción personal, para que más tarde se convierta en una satisfacción profesional.
Esto es el tipo de política educativa que el país quiere. Y esto es lo que no quieren saber nuestros políticos, porque para ellos lo mejor es que el país esté en permanente emergencia social, económica y educativa, para que ellos sigan ensayando y prometiendo permanentemente, y tengan siempre argumentos que hablar en cada campaña.
Ahora esos derechos que el maestro viene exigiendo tanto por preparación de clases, por refrigerio y movilidad, por tiempo de servicios, por luto y sepelio. Siendo estos derechos ganados, el gobierno regional, caso específico del Dpto de San Martín, debe ser también parte de su lucha reivindicativa a favor de los maestros, y no esperar que éstos sigan mil y tantos trámites, mil y tantas demandas, movilizaciones y acaso huelgas indefinidas.
Estos no existieran, si el gobierno regional que lidera el señor Víctor Noriega, empiece con justicia y dignidad a formar parte de sus proyectos sociales de reivindicación, la plataforma completa de los proyectos del magisterio san martinense.
Si esto se hiciera por parte de nuestras autoridades competentes, tanto de las regionales y las nacionales, entonces valiera la pena celebrar el día del maestro, hoy y siempre.
¡Feliz día maestro!