Dice el dicho “el que mucho abarca, poco aprieta”. Cada persona es un mundo complejo con una vida simple. De hecho, el hombre está hecho de materia, de sabiduría y de espiritualidad. Implora al único Dios cuando su vida se encuentra en serios aprietos. Mientras está en el albor de su vida juvenil, se deja embriagar de un conjunto de dioses del mundo: el dinero, el sexo, la soberbia, el poder, el alcohol, la doga, la vanidad. Orienta su vida al cumplimiento de estos deseos impuros.
Como mundo complejo, el hombre en sí es un proyecto que se ejecuta con su vida. Todo proyecto nace de una idea, se plasma en la formulación y elaboración, se evalúa, se ejecuta y se liquida. El hombre nace de una idea planificada de los padres, que a su vez, se unieron por el mutuo amor. En base a ésta idea se plasma en la fecundación y el nacimiento. La ejecución de éste proyecto tiene dos partes: la formación y la reproducción. Por último, la etapa final es la liquidación de éste proyecto, la muerte física del cuerpo y con él se va la sabiduría. Queda el alma, el que debe ir a la Mansión del Señor, a disfrutar de felicidad eterna. El cuerpo de carne y hueso regresa a enriquecer el suelo, como abono, para dar buena nutrición a las plantas.
La formación del individuo es básica. Es la preparación para afrontar la vida futura con naturalidad. La formación de la niñez es el espejo del comportamiento del adulto. No se puede esperar comportamientos buenos de adultos que cuando niños tuvieron formaciones exentas de valores humanos. Los gobiernos nacionales en su modesto parecer, se ufanan de grandes logros al construir penales sofisticados, en infraestructura y sistematización. El contento sólido sería, cuando emergen generaciones de niños cargados de valores humanos. Cuando en la formación humana sean abolidos los dioses mundanos del sexo, la soberbia, el poder, el alcohol, la droga, la vanidad; al contrario, se oriente al temor del único Dios verdadero, para cultivar todos los valores.
¿Podrá una persona adulta malformada formar bien a un niño? ¿Cómo le podrá decir un padre a su hijo que no mienta si es el primero en difundir su mentira? ¿Cómo le puede decir un padre a su hijo que salude a las personas si él no saluda a nadie? ¿Cómo le puede decir un padre a su hijo que no sea violento si le compra como juguetes pistolas, revólveres, cuchillos, espadas? ¿Cómo le puede decir un padrea a su hijo que crea en Dios si nunca va la Iglesia ni ora y difunde abiertamente ser un ateo?
Pero, los humanos pecamos de humanos. Como su hijo, recibimos el perdón de Dios aunque hayamos cometido todos los pecados. Dios es infinitamente misericordioso. Es una necesidad acercarnos al único Dios, si es que realmente queremos a nuestra familia, para salvarla por medio de Él. Nunca es tarde. “Deja todo y sígueme” dijo Jesucristo. Deja atrás todos los dioses del mundo, abra de par en par tu corazón, permita que el Espíritu Santo more en él, y lograrás estar cerca a Dios. Entonces, encontraremos el único camino que nos conduce a la paz, a la felicidad que tanto anhelamos.
Claro que la tentación siempre estará cerca: El qué dirá la gente; el cómo desaprovechar la oportunidad de tener sexo con la chica de cara bonita; el cómo no seguir saboreando el licor amargo que me embriaga; el cómo despreciar la abundante coima que me da el cargo político; el cómo no seguir jugando a las cartas y a los gallos. No es fácil dejar estos dioses mundanos. Nadie dice que lo bueno es fácil. Entrad por el camino angosto y difícil al Reino de Dios. Solo las cosas malas son fáciles y sabrosas.