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martes, febrero 11, 2025
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El agua es un derecho humano y no una dádiva asistencialista

Es una obligación impostergable

El agua es un derecho humano fundamental y es obligación dársele a la población, y no una dádiva asistencialista.

Por tanto, el que el domingo haya llegado el vital elemento a los grifos de los hogares, no es un favor que se le hace al pueblo, tampoco pueden irrogarse como una gran “conquista” y un extraordinario “logro”, después de varios días de haber tenido estoicamente desabastecida y paralizada sin el servicio de agua y desagüe a una ciudad como Juanjuí- la segunda o tercera ciudad más importante de la región-, por un simple pero tamaño descuido técnico que-lamentablemente- acarrea responsabilidad política al alcalde y regidores, que se espera no vuelva a ocurrir por cuarta vez.

Así lo deja entrever la lectura que hace el profesor, escritor, historiador y también analista social, Alberto Ruíz Tuesta, en su cuenta de Facebook, donde señala enfáticamente “que la restitución del servicio significa que la gente ya no saldrá a las calles con sus depósitos para recoger el agua de los carros cisterna de la municipalidad; pero sí lo harán en sus propias casas, almacenando en timbos, baldes y ollas para el día, durante las insuficientes cuatro horas de atención del servicio.

“¿Es un gran alivio?, ¿una gran conquista? (“Siquiera eso, peor en nada”, dirán algunos)”, se pregunta con ironía Alberto Ruiz, al fustigar a los gobernantes locales cuya atención solo está centrada en el ‘obrismo’ que, como dice el amauta Roger Rumrrill, da «comisión»

“Es que allí prima el cemento, en las calles (algunas) que ciertamente se mejoran, en los caminos rurales que el tractor las abre, que ciertamente son importantes, y en la que el alcalde lleva cámaras y anuncia orondo “Juanjuí está cambiando”, expresa.

Asimismo, Ruiz Tuesta, al referirse “al agua que bebemos como alimento, con el que nos aseamos diariamente, con el que lavamos las ropas y que, además sirve para eliminar nuestras excretas; se pregunta: ¿Estas necesidades acaso no son urgentes y prioritarias? Su privación por largo tiempo, ¿acaso no significa ultraje a nuestra condición humana?

“Hoy domingo 27, a las 7:00 a.m., se escucha el chorro de agua que brota de los grifos domiciliarios y cae en los timbos, baldes, ollas y todo depósito que pudiera servir como almacenamiento, ¿por cuánto tiempo será?”, concluye el veterano maestro.

Así el alcalde y los regidores se rasgan las vestiduras, es natural que todo el problema hoy se le carga como culpa a la municipalidad porque es la entidad que se ha convertido en la proveedora de este servicio después que Juanjui se separó de Emapa San Martín.

Sin embargo, Unosa no se ha convertido en una empresa independiente que pueda manejar sus finanzas dándole el mejor uso a favor de la población. Todo su manejo está centralizado en la municipalidad y hay serias sospechas de un manejo nada transparente: No se ha tomado la seria decisión de convertirla en una empresa acreditada con capacidad de manejarse sola y que pueda capitalizarse convenientemente para implementarse con el equipamiento adecuado. ¡Se perdió esta oportunidad!

No obstante, esta situación adversa debe servir como lección para que el alcalde con sus funcionarios, deje su poltrona burocrática y realice visitas permanentes para saber cómo andan las cosas en sus distintas dependencias, así como debe ser un constante supervisor de cómo funcionan los servicios que presta la municipalidad. Lo que hoy -con esta situación-nos hace suponer que el alcalde está totalmente lejos de lo ocurre en su administración, cuando debe ser, al contrario. En esta labor, no están exentos los regidores, a quienes se les exige que cumplan su rol fiscalizador y normativo a cabalidad y con efectividad.

Por esta razón- considero-debemos plantear, entre otras opciones, mientras tengamos un servicio de agua potable en calidad y cantidad, así como una entidad prestadora validada por la Superintendencia Nacional de Servicios y Saneamiento (SUNASS) que la regente, la población debe organizar un Comité de Supervisión del servicio del agua que ahora consumimos, para estar permanentemente vigilando su operatividad, mantenimiento y continuidad.

Así también alerte su calidad, es decir, que por lo menos, no nos mientan que el agua tiene suficiente cantidad de cloro y que este insumo sea de buena calidad, cuidando que no se trafique comprando cloro bamba – como ocurrió en otras ocasiones- sin importar la salud de nuestra gente, especialmente de la gente más pobre que no puede comprar el agua en bidones que ofrecen varias empresas en nuestra ciudad.

De esta manera, la sociedad civil tendrá la capacidad de ejercer labores de vigilancia ciudadana, para que no nos hagan el avión, como se acostumbra decir, en este vital servicio. (Carlo A. Pérez) 

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