Por: Alberto Ruiz Tuesta – periodista y escritor.
No diré ignorancia, porque se puede interpretar como una calificación ofensiva (aunque no lo es). Diré mejor indiferencia, insensibilidad. Así es como han mirado las administraciones municipales, incluida la actual, el suministro de agua en nuestra ciudad.
La preferencia de atención de los gobernantes locales estuvo y está centrado en las “obras de impacto” donde prima el cemento, en las calles (algunas) que ciertamente se mejoran, en los caminos rurales que el tractor las abre, que ciertamente son importantes, y en la que el alcalde lleva cámaras y anuncia orondo “Juanjuí está cambiando”.
Por eso es que se considera que cuatro horas de atención del servicio es suficiente, porque en ese tiempo los pobladores podrán almacenar agua en timbos, baldes y ollas para el día, y asunto acabado. Por eso es que la restitución del servicio significa que la gente ya no saldrá a las calles con sus depósitos para recoger el agua de los carros cisterna de la municipalidad; lo recogerán en sus propias casas. ¿Es un gran alivio?, ¿una gran conquista? (“Siquiera eso, peor en nada”, dirán algunos).
En el plantón que hicieron las madres el viernes último, el cartel que portaba un niño, decía “El agua es vida”. Esta expresión, aparentemente simple, encierra un profundo significado. Se refiere al agua que bebemos como alimento, con el que nos aseamos diariamente, con el que lavamos las ropas y que, además sirve para eliminar nuestras excretas. ¿Estas necesidades acaso no son urgentes y prioritarias? Su privación por largo tiempo, ¿acaso no significa ultraje a nuestra condición humana? Y es lamentable que los medios de comunicación local sólo se dedicaran a informar como si se tratara de un suceso cualquiera, sin asumir posición frente al grave problema. Y es más lamentable que uno de ellos dejara entrever que la escasa concurrencia de la protesta no representaba a la población. Es decir, ¿tenía que haberse llenado la plaza para demostrar que todos hemos sentido el desabastecimiento de agua?
El domingo 27, a las 7:00 a.m., se escuchó el chorro de agua que brota de los grifos domiciliarios y cae en los timbos, baldes, ollas y todo depósito que pudiera servir como almacenamiento, ¿por cuánto tiempo será? se preguntan todos.