Llevo ya varios años ejerciendo como profesor universitario, he pasado por muchas aulas en las 3 universidades que tiene nuestra región, he tenido muy buenos estudiantes que hoy ejercen su profesión y algunos pocos que no terminaron pero que recuerdo con cariño; no sé si todos son exitosos, lo que sí espero es que sean buenas personas. Desde el 2008 y hasta ahora la mayor parte de mi carrera la hice en el nivel pregrado, empecé en la Universidad Peruana Unión quienes me abrieron las puertas y me dieron la confianza, siempre con la consigna de imitar a los mejores profesores que he tenido, lamentablemente no han sido muchos.
Cuando hice la maestría llevé un curso de liderazgo, dictado magistralmente por el Dr. Ricardo Torres Oliva, que saliéndose del silabo y luego de completar los contenidos, trabajos y demás actividades, nos enseñó a preparar un discurso, nos enseñó su estructura y nos mostró los mejores discursos de líderes políticos y empresariales del mundo. No se le ocurrió mejor idea que terminar el curso con un trabajo final, redactar y disertar frente a los compañeros un discurso.
Escuché discursos extraordinarios y logré que el mio sea del agrado de mi maestro, ese discurso se llamó 10 horas de éxito; hasta hoy motiva mis días. Esa clase sirvió para preparar todos los discursos formales e informales que me ha tocado dar en mi carrera profesional.
Este 2024 con más de 15 años enseñando y gracias la confianza que me brindó Pepe Armas, un gran profesional que admiro como conferencista y educador, me ha llevado a dictar por primera vez a nivel posgrado. Pepe Armas, que en ese momento era director de la UCV Moyobamba, propio de sus ideas disruptivas me dijo; “te vienes a la capital, tengo un curso para ti”. Así llegué a Moyobamba a dictar el curso de Habilidades Blandas en la Maestría de Gestión Pública en donde el 90% de los maestrantes son funcionarios o trabajadores del sector público.
En este último semestre y siguiendo los pasos de mi maestro Ricardo Torres, el trabajo de fin ciclo ha sido preparar un discurso, el discurso final, no el último, el final. Les di la libertad de escoger el tema y vincularlo a su actividad profesional; les mostré algunos discursos emblemáticos como el del Dr. Martin Luther King Jr. y su “I have a dream”, el del presidente Alan Garcia cuando retornó al Perú y recito “La vida en sueño” de Calderon de la Barca, el del presidente Alfonsín de Argentina, entre otros.
No les voy a negar que hubo algunos discursos improvisados y aprendieron que hasta para improvisar hay que estar preparados. La indicación fue clara: guíate de la estructura, escríbelo y práctica, incluso les recomendé ver la película de Tom Hanks y Julia Roberts “Nunca es tarde”.
Sigo escribiendo todo esto primero a mano en mi libreta de notas, sin embargo he decidido que la columna se llame buenas noticias, porque día a día necesitamos de ellas, vivimos en un mundo donde las malas noticias llegan rápido y dejamos de lado lo bueno, buenas noticias se llama también una canción de Jarabe de Palo, buenas noticias y algo que celebrar, buenas noticias que te alegren la vida, un poco de energía positiva y volver a sonreír, unos segundos sin parar de reir, un subidón de autoestima y alegría, buenas noticias y algo de felicidad.
Las buenas noticias que traigo es que en todo el grupo de 55 maestrantes hemos tenido discursos extraordinarios y voces que merecen ser escuchadas, discursos que han demostrado que la gestión pública tiene en sus filas personas maravillosas y que cuando se dé la oportunidad liderarán desde el ser, con empatía y con ganas de mejorar la vida de las personas a quienes sirven, nosotros.
“El Baile”, discurso de la contadora pública Isabel Vargas del consejo regional de San Martín, que además de expresar su pasión por el baile artístico revaloró su cultura y se presentó con sombrero de paja riojano. Jhon Dueñas, ingeniero ambiental que dentro de su discurso recitó un poema desgarrador acerca de la realidad de los bosques y la Amazonía. El de la contadora Susy Pinedo que nos enseñó que el primer paso para empoderar a la mujer es que ella misma se valore en todo sentido. Carlos Rojas ingeniero de la municipalidad de Moyobamba que hizo un discurso dedicado a su madre y que emocionó al borde de las lágrimas. Muchos sentimientos encontrados y emociones se presentaron en estos discursos, el psicólogo Benjamin Vidarte nos recordó en su discurso “el tiempo” que la vida se te escapa y el tiempo no se compra en el supermercado.
Discursos buenos y muy buenos de maestros de escuela, policía en actividad, ingenieros, administradores y entre otras profesiones han demostrado que la región tiene profesionales que buscan desarrollar nuestra sociedad Los dos mejores discursos vinieron de profesionales de la salud, la Obstetra Mary Carmen Sánchez profesional de la DIRESA en Moyobamba brindó un discurso conmovedor que tituló “Gritar en silencio” sobre la problemática de la violencia de género, y como un país entero se hace el sordo ante tantas muertes que pueden evitarse, su llamado fue un grito desgarrador en nombre de aquellas voces que han sido silenciadas, una invitación a reflexionar y actuar. Imposible permanecer indiferente, y al final el discurso que fue el primero y que tituló “Qué sabes tú de amores si nunca los has tenido”, del Dr. Alvaro Bardales Director de los Hospitales EsSalud del Alto Mayo. Un discurso de amor incondicional y entrañable hacia su hijo, una narrativa que no solo conmovió, sino que también invitó a una profunda reflexión sobre el valor de la inclusión, la empatía y el amor en todas sus formas, y a usar las medias de distinto color en una fecha especial del año.
Hay que tener mucho valor para mostrarse vulnerable en público, mi respeto y admiración para quienes ni pueden ni saben, ni quieren contener las lágrimas. Esa capacidad de emocionarse nos hace humanos. Si hay algo que le falta a la gestión pública es que para estar al servicio hay que tener empatía, reconocer que estamos en la capacidad de resolver los problemas que tiene nuestra sociedad, no hace falta que lleven mi curso, faltaría más. Los funcionarios públicos necesitan recordar sus capacidades y convertirlas en habilidades sociales para que puedan comunicar mejor, motivar a su gente, trabajar en equipo y liderar los cambios que necesita nuestra región. El curso terminó hace unas semanas, el cambio dio inicio enseguida. El discurso final, estoy seguro, será el primero de muchos que vendrán. Ya nos iremos enterando en la sección de buenas noticias.
Giuliano Díaz.