Por: Pdsta. Silvia Quevedo Bardález
De alguna forma diremos todos “adiós”. “Adiós” a quienes amamos y tal vez acompañando en el dolor a algunas personas que conocemos.
Pero decir “adiós” en esta etapa, decir “adiós” durante esta pandemia, es duro. No solamente por no poder estar cerca al ser querido en sus últimos días, no solamente por aceptar que ya no está más. Es también duro porque la gente que queremos, la gente que nos quiere no puede acercarse a nosotros por el maldito virus.
Decir “adiós” a quienes amamos, en pandemia es mucho más difícil. Es cruel no poder coger las manos y abrazar a nuestros hijos cuando pierden un abuelo, porque no pueden estar cerca. Es cruel no poder abrazar a los tíos cuando pierden a sus hermanos, que podrían ser nuestros padres. Es cruel no poder decirles adiós con los honores que cada ser humano merece.
Todos los días conocemos de alguien que ha partido, todos los días nos invade la tristeza de ver a nuestros amigos llorar, todos los días es duro ver cómo es que nuestro facebook se ha convertido en un sito de condolencias y de mucha tristeza.
Hoy, lamentablemente, seguiremos llorando otras partidas, que nos cambian la vida por siempre.
Quiero hacer hoy un homenaje a quienes lucharon contra este virus mortal y no lograron vencerlo. También quiero reconocer a las familias que de alguna forma recuerdan a sus guerreros con mucho cariño.
Pero algo que no debe quitarnos este virus es esa unión familiar, ese respaldo de la colectividad… ese cariño de debe abundar en nuestros corazones.
La partida duele, claro que duele, quedan esos momentos vividos y compartidos, esos abrazos que podrían haber sido más extensos, esos besos que quedaron sin darse, ese “te quiero”, que olvidaste decir.
Hoy, entendemos que la vida es demasiado impredecible, entendemos que, sobre todo hoy, es muy doloroso decir “adiós”.