De tinta y papel
Luis Ordoñez
Columnista
Llega a los oídos, el sonido cada vez más fuerte de las campanas de la campaña electoral. Las llamas fulgurantes van cada día en aumento en las redes sociales con dichos y entredichos, muchos de ellos, empleándose términos agraviantes. ¿Por qué insultar a personas amigas o no, si las opiniones muy bien podrían ser alturadas, respetuosas? ¿Es por incompetencia intelectual, por desconocimiento de los hechos, por evacuar toneladas de resentimientos ajenos pasados?
Al parecer existe un enfoque equivocado de la política. Una persona, apoyada por un grupo, es la que debe gobernar la jurisdicción. La democracia permite a todas las personas la libertad de organizarse para participar en una contienda. La mayoría de la comunidad tiene amplia libertad de decidir su apoyo a tal candidato de tal agrupación.
¿Por qué una persona debe “odiar” a otro candidato y a sus seguidores? La política es un lineamiento, una direccionalidad, con teorías y argumentos definidos, que emerge del ser humano, tendiente a mejorar las condiciones de vida de las personas. ¿Qué tienen que ver estos lineamientos que harán bien a las personas para generar enemistad, odio entre simpatizantes diferentes? Por supuesto que no hay ninguna relación.
Entonces, se evidencia la inmadurez política, porque la agrupación ganadora generalmente discrimina a las perdedoras, con mayor énfasis en el aspecto laboral. El grupo ganador debe ampliar su base democrática, propendiendo a la eliminación del muro de la discriminación, con ello facilitando el acercamiento de la comunidad y fomentando la paz y armonía.
Es tiempo de que las personas que intervienen en política, manejen la organización con la mayor madurez y aplomo, a fin de aportar en el proceso de enriquecimiento cultural de la política, donde prime el respeto, la presentación de propuestas sólidas y el cultivo de los valores humanos básicos.
La campaña política debe ser la entrega de propuestas de los candidatos en las mismas condiciones de difusión. No está bien la comercialización económica de la campaña, porque conlleva necesariamente a la corrupción generalizada de todos los estamentos públicos, convirtiendo a la comunidad en caos y desestabilidad, con consecuencias negativas para el futuro.
Las propuestas deben emerger del sentimiento y la sapiencia de las comunidades de la jurisdicción. Corresponde a la organización política procesar, argumentar y plantear las mismas, para que sea la propia comunidad la que participe activamente en su ejecución.
Los proyectos deben ser reflejos del sentimiento y pensamiento de la gente; por tanto, la gente debe participar en su ejecución, no solo para garantizar una ejecución de buena calidad y sin adicionales; sino también, para asegurar el mantenimiento permanente del mismo, porque el proyecto será usado por la misma comunidad y llevará en su ser la necesidad innata de conservarlo.
El enfoque es entonces el conjunto de propuestas que plantea la organización política y nada tiene que ver con sembrar la discordia y el odio entre simpatizantes de una y otra. Es lamentable que entre añejos amigos y familiares sanguíneos se practique divergencias personales. Existen casos de odios entre hermanos por todo el resto de sus vidas. Por tanto, hay un enfoque equivocado de la política.