Nos vamos a pasar leyendo tantos textos y teorías de lo que significa una estrategia y, aún peor, vamos a poner en tela de juicio nuestra capacidad de traducir nuestras ideas más creativas en planes concretos, en procesos de calidad, en directrices que se supone solo deben traernos resultados positivos; pero no, la realidad consta de escenarios diferentes y, antes de ir a Amazon a comprar un libro sobre “Los 7 pasos que un estratega debe saber” o “La estrategia que te asegure el éxito”, pensemos por un momento en lo más básico que necesitamos comprender para configurar ese rumbo que nos lleve a poder sobresalir en el mercado.
Sin desacreditar las concepciones teóricas de muchos mentores de la estrategia y mucho menos desmerecer sus virtuosos enfoques sobre este tema, durante estudios realizados tuve la oportunidad de discernir una definición que baja un poco más al llano, que engloba en tan poco el sustento de esa palabra que tanto solemos incluir en nuestros planes de negocio y nos chancamos la cabeza para ver si efectivamente se alinea a lo que te dicen los libros; bueno pues, una estrategia es sobretodo una respuesta a las exigencias del entorno, una respuesta a la supervivencia. ¿Pero por qué es tan importante esto del entorno? Hemos venido migrando de sistemas cerrados a sistemas abiertos, de reglas de mercado predefinidas a escenarios completamente exigentes; hoy en día, la globalización ha hecho estragos esas barreras de entrada de la gestión comercial, pero no podemos ser buenos estrategas sin antes volvernos expertos en leer el entorno, el cual está compuesto por un sinnúmero de variables que tenemos que aprender a analizar para tratar de convencernos a nosotros mismos cual es el mejor plan de acción. Pero… ¿así de fácil?, por supuesto que no, si fuese fácil, todos seríamos brillantes estrategas. Hasta ahora hemos admitido que el cliente es el centro de las organizaciones y, cuando hablamos que hoy en día, el marketing cumple una función estratégica, quiere decir que ha dejado de ser un departamento o una oficina dentro de la empresa para convertirse en labor de cada integrante; significa que se debe interiorizar este concepto como un todo, ya que ésta función es la que nos va a ayudar a generar valor para todos los stakeholders, para los clientes, para la marca, para todos los involucrados en este sistema; en definitiva, el marketing es una función estratégica porque cualquier parte de una organización está orientada a atender al consumidor.
Una estrategia es contar un plan de acción, en donde nos encontramos con varias opciones para partir de un determinado punto y llegar hasta un objetivo en particular, si en caso existiese solo una elección, entonces no podría decirse que es estrategia, eso se llamaría más bien sentido común; imaginen que están en un crucero por el Caribe y el barco se empieza a hundir, ¿acaso van a llamar a la junta de responsables del navío para ver si se salvan o no usando los botes salvavidas?, simplemente lo que el sentido común te lleva a pensar, es que tendrás que tomar ese único camino para llegar al objetivo que es sobrevivir; afortunadamente, en los mercados de hoy en día, la cosa se pone mucho más divertida y exigente, claramente nos encontramos con un sinfín de opciones que podemos optar para llegar a resultados distintos.
Finalmente, el marketing de este nuevo siglo prepara nuevos desafíos a los mercadólogos y a las organizaciones en general, porque si bien es cierto, el mundo globalizado ha acelerado el cambio y, sus vertiginosos escenarios se han vuelto más complejos de comprender y por ende de planificar, la tecnología, los fenómenos migratorios (interculturalidad) han provocado nuevas formas de consumo, todo esto nos invita a tener una visión periférica más acentuada y profesional. Escriban sus propios textos bibliográficos a partir de sus propias experiencias teniendo como eje central siempre al consumidor, recuerden que muchos planes de acción que dieron resultados en determinados mercados, no quiere decir que generarán las mismas satisfacciones en cada rincón en donde se apliquen, conviértanse en expertos en leer las variables del entorno y opten por un pensamiento innovador. Nos vemos el próximo jueves con mucho más marketing.