Algunos árboles dan frutos deliciosos y muy nutritivos, otros son estériles, y algunos, como el árbol del bien y del mal, albergan frutos delicados y llenos de alimentos y bondad, pero al mismo tiempo tienen frutos llenos de maldad, veneno y traición. Este parece ser el caso del árbol de Nueva Amazonía, que en los últimos días ha descubierto que en su interior existían frutos podridos que ahora se presentan como los “disidentes” del mayor movimiento regional de la Amazonía peruana.
“¿ …y en qué momento se jodió el Perú?, pregunta el personaje de Vargas Llosa en su obra “Conversación en la Catedral”, uno de los referentes literarios más elocuentes de la tragedia de nuestra historia, plagada de traiciones y ambiciones…mucho antes incluso de la llegada de los españoles.
El Perú comenzó a joderse cuando lo que en un principio era una organización más o menos cohesionada entre los Hanan y los Hurin, dos vertientes de la nobleza incaica, comenzaron una serie de luchas por el predominio, rompiendo con la sabiduría ancestral que determinaba el respeto a las reglas de la sucesión…en realidad, fue la ambición de Atahuallpa la que jodió al Perú.
Un país escindido –como lo sigue siendo- difícilmente puede encontrar vías de solución cuando la división lo acosa y lo vuelve presa fácil de extraños –o propios- sin escrúpulos, cuyos objetivos se reducen a satisfacer sus ambiciones inmediatas sin tener en cuenta para nada la población en la que se encuentra el territorio objeto de sus apetitos, aún más si esta población puede ser esclavizada (“evangelizada”, decía Ginés de Sepúlveda, que planteaba que los indígenas no llegaban a ser seres humanos, lo que, como se sabe, fue rebatido por Bartolomé de las Casas).
Lo que viene es historia conocida…las encomiendas y corregimientos…la desestructuración de la cultura incaica y su reducción a un amorfo conglomerado de millones de seres humanos que en menos de un siglo fueron genocidados en las minas de oro y plata y disminuidos de 10 millones a 1 millón que quedó, pues si los amos se quedaban sin esa mano de obra esclava tendrían que importar esclavos negros del África, como efectivamente tuvieron que hacerlo… …
Y esta no sólo es la historia de la colonia…ya bien entrado el siglo XX, el riojano Julio César Arana mantenía una situación de esclavitud en sus inmensos territorios de explotación del caucho en la frontera con Colombia, explotación que causó la muerte de más de 100,000 nativos, hombres, mujeres y niños, torturados, saqueados y violados por los peones de Arana, lo que luego fue conocido como “Los crímenes del Putumayo”.
Es así que vemos que en la entraña misma del Perú como nación escindida, germen de odios y resentimientos, hemos llegado al siglo XXI y muy poco parece haber cambiado en ciertos grupos o personas que no ven más allá de su visión cuadriculada. Pero esto no es nada para algunos que creen que la política es sólo señalar fallas y errores, lo cual, en términos psicológicos, no es más que la proyección de su propia frustración e incapacidad.
Cuando Nueva Amazonía, en alianza circunstancial con APP debido a una errada legislación electoral que no permite que los movimientos regionales intervengan en las elecciones generales, consiguió llegar al Congreso y tener allí representando a San Martín a alguien de la experiencia de gobierno y profundo conocimiento de la realidad amazónica y de las provincias, como Villanueva, que obtuvo una altísima votación, que por sí sola superaba a las tres votaciones de los “tres tristes tigres “del fujimorismo, es cuando la serpiente de la traición surge y pretende crear la discordia.
La fortaleza de Nueva Amazonía, que ya ha pasado por varios embates, se ha puesto a prueba nuevamente, y será el tiempo el que determinará quiénes tenían la razón y quiénes se dejaron llevar por las más bajas pasiones que suelen aflorar en la política…y entonces tendrán sentido las palabras finales de la canción de Pablo Milanés “Santiago Ensangrentado”, refiriéndose a la traición de Pinochet y al asesinato de miles de chilenos en septiembre de 1973: “…y pagarán su culpa los traidores”.