El Bertelsmann Transformation Index (BTI), que mide la calidad de la democracia y la gobernanza en el mundo, publicó su informe del 2024. En este califica al Perú como una democracia «altamente defectuosa». Según Hauke Hartmann, su codirector, «América Latina, como el resto del mundo, se encuentra en el punto más bajo de su desarrollo político y económico, así como de la calidad de su gobernanza».
Otro estudio internacional confirma que el Perú pasa por un debilitamiento de su democracia. Esta vez el Bertelsmann Transformation Index (BTI) 2024, de la fundación alemana Bertelsmann, concluye que en nuestro país “los derechos y las instituciones políticas se han debilitado y la democracia está en camino a ser socavada”.
El informe evalúa ciertos indicadores sobre el estado de transformación política de 137 países en vías de desarrollo, los cuales se utilizan para determinar si estos se clasifican como democracias o autocracias.
En el documento se hace un recuento de los últimos acontecimientos políticos y económicos que vivió el Perú como el conflicto político que se dio entre el Ejecutivo y el Legislativo, el cuestionamiento a la victoria electoral de Pedro Castillo por un sector político, y su “inesperado” golpe de estado.
También menciona las manifestaciones sociales que se dieron tras la asunción de Dina Boluarte como presidenta de la República y la respuesta policial y militar que, dice el informe, “violaban abiertamente los derechos humanos”, dejando un saldo de “más de 50 muertos y miles de heridos”.
Recuperación parcial en la transformación económica
Este estudio también mide el desarrollo integral de un país, apuntando al crecimiento económico, al «alivio de la pobreza» y «la libertad de acción y elección de los ciudadanos en cuanto sea posible».
En este ámbito se señala que en el Perú se ha producido una «recuperación parcial» tras los costes humanos y materiales provocados por la pandemia de la COVID-19. Sin embargo, responsabiliza la insuficiente recuperación a las «fallas en la gestión del gobierno de Pedro Castillo» y a la «inestabilidad política actual».
Además, agrega que el escenario internacional con la guerra de Rusia contra Ucrania «ha nublado aún más las perspectivas para 2022 y años posteriores», se puede leer en el documento.
América Latina y el Caribe «a la deriva»
El estudio abarca un análisis conjunto de la región e indica que «el rumbo de la transformación en muchos países de América Latina y el Caribe han estado a la deriva, sin una dirección clara». Resalta que existe una tendencia hacia la inestabilidad política y a la erosión de la democracia especialmente por los estilos de liderazgo en países como Brasil, México y El Salvador.
Según el informe «esta tendencia se ve exacerbada aún más por la extrema polarización de los poderes ejecutivo y legislativo, así como por los esfuerzos por debilitar la independencia judicial».
También se advierte que cada vez es más común encontrar «estilos políticos polarizados que dan como resultado un debilitamiento de los ya de por sí fragmentados sistemas de partidos». Asimismo, señala el «aumento del número de candidatos radicales que están fuera del sistema político general y que cuestionan a unas instituciones persistentemente débiles».