pastillas para no dormir
Alonso Ocampo
[email protected]

La llegada de César Villanueva Arévalo a la Presidencia del Consejo de Ministros, se podía prever en tanto resultaban claro que sus coqueteos con el Ejecutivo Nacional que venían dando desde la época de Alan García. En aquel momento, como todos recordamos, se voceó su nombramiento como ministro, este año por fin ve cristalizada aquella postergada aspiración.
Sin embargo su salida –formalmente temporal- de la Presidencia del GORESAM se dio bajo la única figura que le franquea  la ley es decir solicitar al Consejo Regional licencia por el termino máximo señalado por la norma (45 días),  y tenía que darse así en tanto que el Artículo 191 de la Constitución Política establece que el cargo de presidente regional es “irrenunciable”, así también lo señala la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales en su Artículo 11. Los mandatos originados en elección popular son irrenunciables, puesto que son depositarios de la voluntad del elector por el periodo de ley, en este caso 4 años.
Resulta válido cuestionar el crecimiento político  de alguien cuando significa dejar abruptamente un cargo para el que fue elegido, aunque así también lo hizo en su momento María Cuculiza, que siendo alcaldesa se alejó del Municipio de San Borja para asumir el Ministerio de la Mujer en el gobierno de Alberto Fujimori, Yehude Simón abandonó la Presidencia del Gobierno Regional de Lambayeque para llegar a la Presidencia del Consejo de Ministros. Pero el caso más recurrente es el de los Congresistas de la República que siendo elegidos para legislar y fiscalizar terminan siendo Ministros de Estado -por largos periodos en muchas ocasiones- relegando a un segundísimo plano el cargo para el cual fueron elegidos.
Yehude Simon no quiso salir por la puerta falsa y  estando próximo a vencerse su licencia presentó su “renuncia” al cargo aún sabiendo que esa figura jurídica no existía. Al Consejo Regional de Lambayeque y al JNE no le quedó otra alternativa que vacarlo. Nunca se podrá saber cómo hubiese terminado su gestión, pero inmediatamente después de ser Ministro de Estado -y como si nada hubiese pasado- postuló y ahora es Congresista de la República.
En el caso particular de César Villanueva, tengo que reconocer sus dotes de político dialogante e ideológicamente moderado, lo cual significaría un tímido acercamiento de Ollanta Humala a los sectores que lo llevaron a la Presidencia de la República. Sin embargo más allá de algunos logros que en algunos casos fueron inteligentemente sobredimensionados por su equipo de asesores, deja el cargo sin poder resolver problemas que a nivel nacional son los que más preocupación causan en la población como son la delincuencia y la corrupción.
Si bien es cierto es el gobierno nacional quien mayor responsabilidad tiene en el diseño de políticas de seguridad ciudadana y orden interno, también resulta innegable que durante sus dos periodos al frente del GORESAM se avanzó poco, se experimentó mucho y no se logró nada significativo. Quizás el último tema que le importaba a César Villanueva era la seguridad ciudadana, presupuestos no ejecutados y consultorías enrarecidas, todo bajo un manto de improvisación, fueron moneda corriente en este rubro.
Las denuncias de supuestos actos de corrupción si bien es cierto no lo salpicaron directamente, han sido, además de graves, constantes. Lo que un gran sector de la ciudadanía y la prensa local le reprochan es que jamás mostró voluntad política para combatirla. Nunca se potenció logísticamente a las OCIs de las Direcciones Regionales y Proyectos Especiales  así como tampoco se vio una disposición real para que los Procuradores Públicos realicen su trabajo de manera contundente ya que César Villanueva siempre tuvo un discurso tibio y timorato cuando se denunciaban actos de corrupción. Estos son algunos temas deficitarios en su gestión a los que habría que agregar el fracaso en el sector educación y el de su casi inexistente política agraria, amén de la escandalosa deforestación que nos deja.
César Villanueva tendrá que ser vacado recién al sobrepasar el término máximo por ley para hacer uso de licencia en observancia del Artículo 30 Numeral 4 de la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales sin embargo creo que a nadie sorprendería verlo integrando una plancha presidencial o lista congresal en las próximas elecciones generales, o tal vez postulando nuevamente al GORESAM, ya que no tendrá ningún impedimento legal más  allá de renunciar 60 días antes de las elecciones del año venidero.
Aún con los cuestionamientos expuestos y con razonadas dudas, deseo que el desempeño de César Villanueva como Presidente del Consejo de Ministros sea exitoso en beneficio del país.