Tanta vaina porque Perú ganó un partido con un gol dudoso. Mil veces hemos visto cómo en el mundo, los goles dudosos forman parte de lo más delicioso del fútbol que es un juego, un deporte, en donde la picardía, la creatividad, el ingenio, hacen que un equipo gane o pierda. ¿No es acaso eso lo que sucede con Argentina, cuyo principal jugador en la historia, Maradona, le metió un gol con la mano a Inglaterra años después del conflicto por las Malvinas?
Pero hay torpes que creen que hay que comparar al fútbol con la política, con ese mar fétido, en donde todo está podrido, hasta los que dicen no ensuciarse. Quieren comparar un deporte en donde los errores y las polémicas son parte de su alma, con el fujimorismo. Me parece ya hasta enfermo pretender seguir insultando a gran parte de un país que optó por personas que a otros les parecen absolutamente equivocadas, pero que era su derecho, su opción. En el Perú se ha instalado un macartismo abrumador, que considero que debería, ya pasada las elecciones tranquilizarse en las mentes de algunos.
Basta… El fútbol ya no debe ser un motivo para seguir insultándonos entre peruanos y los moralistas a ultranza, esos que votaron por PPK y que por ello tienen erguido el pecho y se sienten luchadores en pro de la democracia, tampoco se la crean tanto, que también allí se cocinan habas, ollucos, hamburguesas y todo sale con su salsa…
Basta… Permitan que este país con heridas profundas se sane y alcance la paz que todos queremos.