Hola mis queridos lectores nuevamente estamos de vuelta como cada semana para desarrollar siempre el pensamiento de nuestra población. Somos conscientes como un ciudadano común y corriente que cada campaña electoral nos preocupa por las perplejidades que ahora nos enfrentamos y encontramos en la realidad.
De verdad es preocupante la incertidumbre que reina hoy en torno al proceso electoral, primero por encontrarnos en los mismos escenarios el APRA, maquillado con una alianza popular que no tiene una mayoría, un movimiento de Fuerza Popular mediático que más promociona por el Fujimorismo, Un Acción Popular cuyo candidato tiene raíz tiene el aprismo, un Toledo desgastado que cuyo afán de avanzar en campaña vincula su comportamiento tan inadecuado asume en forma negativa, un PPK, que tiene como respuesta innecesaria su edad para gobernar y las metidas de pata política como Acuña y Julio Guzmán este panorama se torna más a compromisos electorales que las públicas. Teniendo un panorama y escenario político se muestra que esta campaña electoral, así como la ausencia de lineamientos claros para las políticas que se implementarán en el próximo Gobierno. En esta campaña nadie de los candidatos tiene propuestas sensatas y escapar de la mala práctica que significa prometer y no poder cumplir, es necesario promover un debate serio sobre los distintos proyectos a implementar.
Las promesas electorales pasan por un complicado trayecto para finalmente traducirse en políticas públicas efectivas, y los electores tenemos el derecho de conocer cómo piensan implementarlas.
Mientras en otros países existen debates periódicos durante la época electoral –lo cual permite discutir las políticas prometidas y realizar críticas basadas en evidencia–, en el Perú el único debate oficial tendrá lugar una semana antes de las elecciones. Si bien algunas organizaciones de la sociedad civil nos han ofrecido espacios donde observar cara a cara a los postulantes y contrastar sus principales ideas, han sido insuficientes para abarcar los innumerables problemas a afrontar y aterrizar propuestas.
Una política pública efectiva requiere de la convergencia de tres fuerzas: apoyo político, capacidad de gestión y diseño del policy adecuado. De lo contrario, las promesas no pasarán de ser buenas intenciones. Para conseguir el apoyo político es importante la capacidad de concertación. Ya va quedando claro que el próximo Parlamento estará sumamente fraccionado, por lo cual será necesario trabajar en estrategias comunicacionales y políticas que permitan el desarrollo y la implementación de políticas. Ningún partido va a poder lograrlo solo. En segundo lugar, el desorden y la falta de transparencia en la gestión pública son problemas que arrastramos desde hace demasiado tiempo. No obstante, son pocas las propuestas que postulan soluciones concretas para este problema. Finalmente, el diseño de las políticas a implementar deberá estar basado en evidencia, para así conseguir el respaldo necesario y tener el impacto deseado. Nuevamente, solemos quedarnos en la especulación y esto último tampoco se trabaja ni discute suficientemente.
Cada proceso electoral es una oportunidad que el país tiene para observar los distintos caminos de desarrollo, comparar las rutas a seguir y corregir aquellas situaciones que se han estado manejando mal.
Debería ser una oportunidad para mejorar; no un dolor de cabeza ni un espectáculo mediático. Es nuestra palabra.