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domingo, junio 1, 2025
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Sexo, amor y otros placeres de la lengua (Primera entrega)

Marco Aurelio Denegri (1938-2018) Intelectual especializado en sexología, lingüística y crítica literaria. Cursó estudios en la Universidad de San Marcos, fundó y dirigió la revista Fáscinum, publicó artículos en el diario El Comercio, escribió libros de temática diversa y condujo durante varios años los únicos programas culturales de la televisión, A solas con Marco Aurelio Denegri y La función de la palabra. Con el título MAD Marco Aurelio Denegri. Sexo, amor y otros placeres de la lengua, la editorial DEBATE publicó la compilación de cien artículos que Marco Aurelio publicó en su columna semanal del diario El Comercio, entre los años 2013 y 2018. De los cien artículos publicados comparto extracto de algunos de ellos:

  1. “El odio nos viene de fábrica. El odio es anterior al amores filogenéticamente más antiguo y sobre todo más poderoso que el amor. Los hombres son más constantes en el odio que en el amor. El odio nos viene de fábrica, el amor es una construcción. de los tres cerebros que tenemos: el reptiliano, el emocional y el neocortical. El que concierne al amor es el neocórtex, pero el odio se origina en los otros dos cerebros, que son doscientos millones de años más antiguos que el cerebro neocortical. Por eso, nos es más fácil ser malos y mucho más difícil ser buenos.” (Páginas 13,14)
  2. “Toda la sociedad occidental es excrementista. La sociedad de la informática, la sociedad computarizada, cibernética, robotizada, digital y excrementicia, es una sociedad escasa de sentimientos. Alberto Morobia decía que “la civilización occidental es consumista y como todo lo que se consume se convierte en desecho, deyección y heces fetales, entonces, por esa razón, toda la sociedad occidental es excrementista”. Lo que en el fondo quería decir es que la civilización occidental es una mierda.” (Páginas 25)
  3. La mujer no puede amar a un pobre diabloEl amor depende de las cotizaciones que tengan en el mercado los objetos amorosos. Los hombres de dinero y las mujeres bonitas y curvilíneas tienen muy buenas cotizaciones. Bien dice Ramón Sender que “la mujer no puede amar a un pobre diablo, pero sucumbe ante la seducción de un libertino como Don Juan, braguetero de marca y prototipo del burlador. Suelen creer las mujeres que el amor mejora la cópula y no se imaginan que la empeora.” (Páginas 35,36)
  4. Potencia sexual masculina. Son capacidades constitutivas de la potencia sexual masculina, la erectiva, la durativa y la repetitiva. Lo único que previó la naturaleza, o la filogenia o el creador fue la capacidad erectiva y para las otras dejó la posibilidad de cada uno (si puede) la desarrolle.” (Página 41)
  5. El erotismo es una hechura cultural. No es producto de la naturaleza, sino de la artificialeza. Es una hechura cultural, porque el sexo erótico no está al servicio de la reproducción, sino del placer.” (Página 41)
  6. Entre los animales no hay erotismo. Pero si hay eroticadas. Hay casos singulares, como por ejemplo el del pato, que sexualmente como decía Gourmont, no solo hace de todo, sino todo lo que hace le parece bien. El cuervo, por su parte, es capaz de orgasmear catorce veces seguidas y cada vez con mayor intensidad y contento. Los sapos y ranas se excitan tanto al copular, que la cópula de estos animales dura semanas. Pero el caso más sorprendente es el de la polilla Ephestia, se queda copulando toda su vida.” (Páginas 41,42)
  7. Monte de venus. Los observadores freudianos aprobaban la peludez de la genitalidad femenina, porque como Freud había dicho que: “los genitales de la mujer eran feos, tal fealdad disminuía y hasta desaparecía si era cubierta por los pelos”. Sin ellos, como ocurre actualmente, la fealdad reaparece.” (Página 57)
  8. La repetición disminuye la intensidad del goce. La exposición reiterada a un mismo placer no solamente no logra recuperar la magnitud inicial, sino que acelera el índice de declinación hacia la indiferencia; es decir, la repetición disminuye la duración y la intensidad del goce.” (Página 59)
  9. La vitalidad de la fantasía sexual. La fantasía sexual tiene vitalidad sorprendente. La misma fantasía puede durar veinte o treinta años y aun toda la vida. Porque es una construcción que hacemos nosotros mimos y que lo hacemos a nuestro gusto y medida., sin ninguna restricción ni reserva, sin ningún freno. Podemos fantasear extravíos y locuras.” (Página 59)
  10. La inigualable masturbación. De todas las actividades sexuales, la masturbación es la más efectiva y rendidora. Luego viene la homosexualidad y en último lugar la heterosexualidad, que es la actividad sexual más disfuncional.” (Página 59)

Bibliografía:

Denegri, Marco Aurelio. Sexo, amor y otros placeres de la lengua. Artículos publicados en El Comercio (2013 y 2018). Editorial DEBATE. Lima, 2019

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