Por Pedro Emilio Torrejón Sanchez
Cada vez que escucho las noticias donde se menciona Lampedusa, no son buenas. En general se trata de extranjeros que queriendo entrar a Europa encuentran la muerte. El Papa Francisco ha alzado la voz y ha exigido que el problema sea tratado poniendo en primer lugar los derechos humanos y que los gobiernos europeos, juntamente con la sociedad civil, aunan fuerzas para evitar tragedias como los naufragios donde fallecen los inmigrantes.
Lampedusa es una isla que se encuentra en el mar Mediterráneo, haciendo parte de las islas del archipiélago de las Pelagias ; se encuentra a 205 kilómetros de Sicilia y a 113 kilómetros de Túnez.
Al oir hablar de Lampedusa, indirectamente me acuerdo de la Sicilia. El escritor que escribió El Gatopardo (que se debió traducir en Castellano El Leopardo jaspeado. En Francés es Le Guépard), es Giuseppe Tomasi di Lampedusa.
Hace cuatro años, en 2010, estuve en Sicilia, en el mes de agosto, por tres semanas. España venía de ser consagrada campeón del mundo en fútbol, y se escucha por doquier la canción de Shakira, Waka-Waka. Partí de la región Alsacia, Francia, cerca de la ciudad de Colmar. Atravesé la Suiza, salí al norte de la Italia y casi me hice todo el país al costado del mar Tirreno. Pernocté una noche no muy lejos de la Torre de Pisa. Al llegar a Regio de Calabria, me embarqué con todo el carro en un barco de paso, para ir a Sicilia, llegando a Messina.
Breve historia de la isla : Con la decadencia del Imperio Romano, Sicilia fue invadida por los Francos en 280 D.C. Y en el siglo V por los Vándalos. En 535 fue conquitada por los Bizantinos, sufrió profunda influencia griega. En el año 826, fue dominada por los árabes (los musulmanes) estableciendo la capital en Palermo. En 1061 inicia la conquista Normanda en toda Sicilia y la recristianización de la isla. La conquista Normanda termina en 1091. Con el cambio de corona, son los Suevos (tribu alemana) que la gobiernan. Después estuvieron los Aragón, el reino de los Saboya, los Austríacos y los Borbones. Con Garibaldi, después de la batalla de Los Mil en 1860, y particularmente a partir del momento en que fue oficialmente proclamada la unidad italiana, en 1861, Sicilia hace parte de la Italia.
He visitado Messina (ahí desembarcá Alejandro Dumas, sí, el autor de Los tres mosqueteros y que escribiría más tarde, recordándo la Sicilia Mémoires de Garibaldi y Une odysée en 1860), Cefalù (donde una montaña cerca del mar tiene los contornos de una calavera), Marsala, Palermo (¿cómo no rendir homenaje al juez Giovanni Falcone, que dió su vida luchando contra la mafia ? Al pasar por el lugar donde le hicieron explosar, murieron también los que le acompañaron, incliné mi cabeza, por respeto y admiración), Agrigento, Gela, Siracusa (fue la ciudad griega más importante de Sicilia, ahí nació y murió Arquímides, visité la oreja de Dionisio y las ruinas del teatro griego), Catánia. Subí al volcán Etna, hasta el cráter. De arriba, hay una vista panorámica, exageradamente bella ; y nos da la impresión de poder tocar el continente. Pero aún así, yo prefiero el paisaje inigualable del cerro Escalera de la Cordillera Azul de la Ciudad de Las Palmeras.
Volviendo al volcán, ví al monstruo dormido…y como símbolo de la victoria de mi ascensión, tomé un trozo de azufre convertido en sólido, sin haberle despertado. Lo guardo en mi oficina, y de vez en cuando, le doy un vistazo para alentarme y continuar en mi camino, hacia otros lares, hacia otros rumbos.
Regresando al autor del Gatopardo. Giuseppe Tomasi di Lampedusa a influenciado las Ciencias Políticas con el principio gatopardismo o lampedusiano de «cambiar todo, para que nada cambie». (Página 47, Le Guépard, Edition Cercle du Bibliophile, Préface de Giorgio Bassani, Paris, 1967)
Tendría muchas cosas que contarles, queridos lectores, será para otra oportunidad, pero antes de terminar este artículo, quisiera decirles que el autor del libro de Hechos, de la Biblia, nos dice que el apóstol Pablo y los que le acopañaban, después de estar tres meses en Malta, partieron y llegaron a Siracusa (estuvieron tres días) de ahí se fueron a Regio (Hechos capítulo 28, versículos 1 al 13) para dirigirse a Roma.