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viernes, diciembre 13, 2024
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Sistema desfasado: La política peruana necesita un reseteo ahora

Nuestro sistema político es incapaz de encauzar con una lógica democrática, soluciones a los problemas estructurales del país. Los complejos problema sociales y económicos no se pueden abordar con demasiada simplicidad y menos con una confrontación visceral, como se ha visto en el reciente debate que se dio en el congreso con ocasión del voto de confianza solicitado por el ejecutivo 

La política peruana necesita un reseteo y ahora. Una crisis inédita como la que vivimos demanda una respuesta extraordinaria, conjunta y con sentido de país. 

Construir “infraestructura humana” 

Urgente: Necesitamos invertir en el futuro del país, en el cuidado de nuestros ríos y quebradas, en fortalecer las capacidades técnicas y profesionales de nuestra gente, trabajar a fondo y desde el hogar en VALORES, VALORES Y MAS VALORES. Trabajar en activos tangibles como carreteras o puentes, hospitales, centros de investigación y sobre todo en la gente, especialmente en sus niños y adolescentes. 

Hay muchas evidencias de que invertir en las familias con niños y adolescentes que enriquecerá al país y lo hará más productivo a largo plazo. Pero para ser justo, esos retornos o beneficios tardarán algún tiempo en materializarse, pero debemos hacerlo, sin que sea tomado como un idealismo soñador, pero debemos refundar propuestas y mensajes pues de lo contrario estamos condenados a ser devorados por la corrupción, ante la ausencia de principios y MORAL. Por ahí va la cosa, si realmente deseamos recobrar CONFIANZA.   

Históricamente la inversión en educación, salud, han sido ínfimos. 

El coronavirus debe ser un buen pretexto para dotar de mayores recursos a esos sectores claves para el futuro del país. Nuevamente, estas decisiones requieren romper el viejo tabú del mal entendido equilibrio financiero del presupuesto público. Estas inversiones proporcionan el mayor retorno por soles invertido, aumentan el crecimiento potencial al elevar el nivel educativo de la fuerza laboral, reducen la desigualdad en la sociedad. 

Respuesta desde las políticas públicas a la crisis 

En VOCES lo dijimos más de una vez, el coronavirus ha puesto en evidencia que en nuestro país y en el mundo nunca estuvimos preparados para una contingencia como esta. La pandemia ha desnudado nuestras miserias. La “bonanza” económica del periodo 2001 y 2017 sirvió de muy poco, excepto para hacer millonarios a una pequeña élite codiciosa y angurrienta. La educación pública de calidad, la salud para todos, el desarrollo de la ciencia y la tecnología para tener industria propia, les importó muy poco a los distintos gobiernos que se han sucedido a lo largo de los años. 

Los desafíos de la economía peruana son de carácter estructural y exigen respuestas estructurales y ello lo debe tener claro el equipo de Pedro Francke, desde consensos amplios y con vocación de permanencia en el tiempo. La sostenibilidad de la recuperación a medio y largo plazo dependerá de cómo se atacan los problemas como la elevada informalidad de la economía, el desempleo y el empleo informal, la desigualdad creciente, la corrupción, la quiebra de familias y empresas declaradas insolventes. 

El otro frente de batalla a librar. 

Con firmeza y predicando el buen ejemplo, es la CORRUPCION ESTRUCTURAL;  este flagelo ha pervertido la política, la justicia, la realidad económica, las prácticas sociales, las acciones del gobierno, el mundo del trabajo honesto, los fines y modos de vida cotidiana de la gente, y a su vez ha engendrado una clase rica hecha en la penumbra y al margen de la ley, empeñada en controlar la política y los principales espacios de poder, de paso poniendo en peligro la supervivencia de nuestra débil democracia. 

 

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