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sábado, diciembre 14, 2024
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Vocación territorial de San Martín: Un llamado urgente a la sostenibilidad ambiental

Por: Ludwig H. Cárdenas Silva 

En pleno siglo XXI, San Martín continúa enfrentándose a propuestas que amenazan su integridad y desarrollo sostenible. La apertura de la Carretera Marginal de la Selva, hace unas cinco décadas, ha generado una afluencia masiva de agricultores migrantes, desatando una serie de desafíos ambientales que exigen atención inmediata. En este contexto, se hace evidente la necesidad de analizar la conveniencia de seguir construyendo más carreteras, considerando la vocación territorial según la Zonificación Ecológica Económica, la cual señala que el 14,87% tiene aptitud productiva, el 64,60% son zonas de protección y conservación ecológica, el 20,38% son zonas de recuperación y el 0,15% son zonas de vocación urbano-marginal.

La Zonificación Ecológica Económica (ZEE) y el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) revelan un panorama detallado de las características del territorio sanmartinense. El 14,87% de su extensión posee una aptitud productiva, un recurso valioso para el desarrollo económico sostenible. Ignorar esta información pasaría por alto un activo fundamental para la prosperidad de la región.

Sin embargo, es crucial reconocer que el 64,60% del territorio está destinado a zonas de protección y conservación ecológica. Estas áreas desempeñan un papel vital en la preservación de la biodiversidad y los recursos hídricos, fundamentales para la estabilidad del ecosistema amazónico y la vida de las comunidades locales. Ignorar esta vocación ambiental significaría exponer a San Martín a consecuencias irreversibles y poner en peligro no solo su entorno natural sino también las fuentes de sustento de las generaciones futuras.

La Zonificación Ecológica Económica (ZEE) y el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) no solo son documentos técnicos; son hojas de ruta esenciales para el desarrollo sostenible. El 20,38% designado como zonas de recuperación refleja la necesidad urgente de restaurar áreas degradadas y recuperar la salud de los ecosistemas afectados por prácticas insostenibles. Esto implica un llamado a la acción para implementar proyectos de reforestación y prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente.

En contraste, el 0,15% catalogado como zonas de vocación urbano-marginal destaca la importancia de un desarrollo planificado y sostenible en áreas urbanas. La expansión descontrolada de las ciudades sin una planificación adecuada podría dar lugar a la pérdida de la calidad de vida y la degradación del entorno.

La construcción de más carreteras, sin un análisis detenido de la vocación territorial, podría precipitar una crisis ambiental aún mayor. El aumento de la conectividad puede impulsar la migración y la ocupación desordenada de tierras, especialmente en las zonas de conservación. Esto, a su vez, podría agravar la deforestación y poner en riesgo los recursos hídricos y la biodiversidad de la región.

Es imperativo que las autoridades regionales y municipales comprendan y asuman la responsabilidad de gestionar el territorio de manera eficiente y sostenible. La información proporcionada por la ZEE y el POT es una herramienta valiosa que debe ser utilizada para orientar las decisiones políticas y promover un desarrollo armonioso con el entorno.

Es fundamental adoptar medidas para frenar la ocupación desordenada de tierras y la deforestación, garantizando que se respete la vocación territorial de San Martín. La falta de acción inmediata podría llevar a consecuencias irreversibles, como la escasez de agua, la pérdida de la fertilidad del suelo y la degradación general del entorno.

La planificación territorial debe ser integral y considerar no solo el crecimiento económico a corto plazo, sino también la preservación de los recursos naturales a largo plazo. La falta de conocimiento y orientación de las autoridades y migrantes ha llevado a la ocupación de tierras de alto valor ecológico, poniendo en peligro la sostenibilidad ambiental.

En este contexto, es esencial promover iniciativas de educación y concienciación ambiental a las autoridades locales y para la población en general. La participación ciudadana activa y bien informada puede ser un catalizador para un cambio positivo. Además, es necesario fortalecer la capacidad de las instituciones locales para aplicar y hacer cumplir los instrumentos de gestión ambiental existentes.

San Martín tiene el potencial de convertirse en un ejemplo de desarrollo sostenible en la Amazonía peruana. Sin embargo, esto requiere un enfoque holístico que equilibre las necesidades económicas con la preservación del invaluable patrimonio natural. La inconveniencia de seguir construyendo carreteras sin considerar la vocación territorial es evidente. La pregunta es si las autoridades estarán a la altura del desafío y tomarán medidas audaces para salvar el futuro de San Martín.

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