Lo que pensamos y no decimos las mujeres
por Madame Agnetha
Algunas veces (por no decir muchas), he podido escuchar y ahora leer a través del facebook, una pregunta que siempre es recurrente…. ¿Quién entiende a las mujeres?. A lo que respondo con otra pregunta: ¿Y cuándo logramos entender los verdaderos misterios del universo?
“Entender a alguien”, es un misterio, no tenemos que tratar de rompernos la cabeza intentando hacerlo.
A mis queridos amigos “los hombres”, ¿qué les puedo decir?, no traten de descifrar el misterio, como diría mi abuelita, “solo disfruta y no te amargues la vida”.
Genéticamente los hombres y las mujeres jamás seremos iguales, pues esas diferencias hoy tienen comprobación a nivel psicológico y neuronal, pero sin ahondar en ese tema creo que no es tan imposible que nos disfruten.
De repente esperan mucho de nosotras las mujeres y nosotras de los hombres…. porque no voy a negarlo, hay muchas veces en que creo que tampoco entiendo a los hombres, por ser insensibles, por no ser detallistas (no todos) o por simplemente no soportarnos.
Dicen que somos complicadas, nosotras también pensamos eso de los hombres, pero creo que al pasar los años y cuando llegamos a una madurez en nuestras sensaciones (pues hay personas de 50 que no han madurado en ese sentido), sabemos que hay cosas más importantes que hacerle “la vida imposible” a tu par. Disfrutando de lo que nosotras mismas hacemos, y compartiendo gustosamente lo que nos ofrecen. Obviamente, me refiero a relaciones sanas, psicológicamente estables y que no son perjudiciales para la salud mental.
No voy a negar que muchas veces he sido motivo de desesperación, seguramente he despertado el animal en alguien (de esos que atacan al enemigo), pero ahí está el tema, la madurez nos permite lidiar con eso. Y sí, hasta yo he tenido que romper palitos al no poder manejar ciertas situaciones.
Pero la vida continúa y nadie tiene la culpa de nuestros errores, aveces ni nosotros mismos. Intentemos no más no volver a cometerlos y quizás mirémonos al espejo y veamos que de repente somos nosotros mismos los que estamos haciendo “correr” de nuestro lado al amor eterno, pues como diría un refrán “hasta el más macho se enamora”. Pues es de bien machos y machas mantener una relación, no solamente de pareja, sino también de amistad y laboral.