El mundo sigue lamentando los diversos “baños de sangre” que se suceden ¡ay! con más frecuencia en todas partes como por ejemplo los terribles atentados en Irak (más de doscientos muertos) a principios de este mes, y la última masacre en Niza-Francia en la que el asesino atropelló matando a decenas de personas con un camión a gran velocidad.
“Nada es un don, sino el producto de una conquista.” Decía el Dr. Serge Raynaud de la Ferrière. Esta rotunda frase se aplica hoy más que nunca como una respuesta sintética y certera a la búsqueda y conquista de la PAZ (tanto general como personal) es decir, la formación de una cultura de paz.
Para ello, desde los planteamientos de las Fundaciones creadas por el Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares en base a la obra y pensamiento del Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière (www.magnanet.org, www.elicnet.org y www.fissnet.org) podemos compartir algunas claves fundamentales para la consecución de lo que el Dr. David Ferriz Olivares ha calificado reveladoramente como EL MÁS PRECIADO BIEN, es decir…LA PAZ.
1) Si bien es cierto, todos piden paz sin embargo son pocos aun los que realmente están dispuestos a hacer los CAMBIOS INDISPENSABLES para conquistarla. En otras palabras, falta un ingrediente primordial: LA BUENA VOLUNTAD, primer estado de conciencia de la Jñana (Saber, Conciencia de Vida). Ya decía la sentencia crística: “PAZ en la tierra a los hombres y mujeres de buena voluntad”. Esta buena voluntad se manifestará por ejemplo en la firmeza para adquirir y sostener hábitos saludables en aspectos como la alimentación, la educación de los niños, la cultura física, etc. que son factores fundamentales.
2) Como bien lo ha expresado uno de mis queridos Maestros, el Ven. Sat Arhat José Miguel Esborronda Andrade, esta débil voluntad para hacer los cambios hacia la paz proviene de la falta de una VISIÓN DE SÍNTESIS pues al no ser capaces de enfocar la vida como un sistema en su conjunto las personas se vuelven incapaces de DARSE CUENTA (realizar, iluminarse) de las cosas que están afectando conflictivamente su vida general (familiar, laboral, personal, social, etc.) y entonces no pueden pues generar ese “combustible” (conciencia) para encender en sí mismos el fuego sagrado de Buena Voluntad (fuerte, firme y positiva) para cambiar.
3) Todo esto es complementario y se interrelaciona íntimamente con un factor de lo más fundamental: LA IGNORANCIA…El Dr. Serge Raynaud de la Ferrière categoriza a la ignorancia como el elemento más nocivo y causal (reconocido como el demonio en muchas culturas) de las desgracias de la humanidad a tal punto de decir que “La lucha contra la ignorancia, nada más importante existe hoy y su punto de apoyo debemos buscarlo en el significado del yoghismo.” En efecto, la ignorancia (que nadie quiere reconocer) es la causante de los males que aquejan a la humanidad, pero es preciso ante todo comprender que esta ignorancia “no es la carencia de conocimientos SINO EL HECHO DE NEGARSE A ADQUIRIRLOS” (Popper) y se manifiesta según Wayne Dyer, cuando RECHAZAMOS aquello de lo que no sabemos nada…Por ejemplo cuando nos negamos a cambiar nuestra nos expresamos precipitadamente de otras culturas basados en PREJUICIOS E IDEAS PRECONCEBIDAS sin haber antes abordado el menor estudio o profundización.
Habiendo enumerado los factores más causales paso ahora a otros factores fundamentales para la cultura de paz:
4) ALIMENTACIÓN. La alimentación que predomina lamentablemente (aunque no por mucho tiempo) en la actualidad es una alimentación de violencia y destrucción basada en la tortura y matanza de billones de animales (peces, aves, y mamíferos). Esta alimentación es propia de la Edad de hierro (Kali Yuga, 13 mil últimos años) de la que estamos saliendo para ingresar a la Edad de Oro (Edad de Paz, Satya Yuga, próximos 13 mil años) que tendrá como cultura alimentaria el vegetarianismo naturista (alimentación a base de cereales, menestras, granos, tubérculos, etc.). Esa alimentación deformante (alimentación carnívora, “omnívora” y también de los productos “chatarra” además de las bebidas alcohólicas, excitantes, productos refinados, etc.) genera diversas impurezas en el organismo humano que se van (y se han venido) acumulando por generaciones intoxicando a la raza humana y degenerándola hacia la violencia y conflictos mentales, emocionales, espirituales y físicos. Además esta alimentación carnívora genera conflictos, hambre y destrucción al atacar brutalmente a la naturaleza (ríos, mares, capa de ozono, bosques, selvas, etc.).
Todo ello sin haber contado aún con el aspecto energético y vibratorio que tan bien expresaba el genio magno e inigualable de Nicola Tesla quién proclamaba luminosamente: “Si quieres descubrir los secretos del universo piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”; en ese sentido, la alimentación carnívora (predominante en la edad de hierro que estamos terminando) impacta terriblemente el ambiente bioenergético de la tierra y de la sociedad con incontables choques propagando ondas del mal (violencia, muerte, dolor, sufrimiento, venganza, odio, injusticia, etc.). Lo único que puede venir de todo eso es más matanzas, guerras, y cataclismos en la humanidad.
5) Quedaría por abordar otros aspectos importantes como la correcta formación de los niños, de la familia, de la cultura social y política en general en unión (yoga) con las leyes naturales para sobreponerse eficazmente también a las influencias del universo que tiendan a debilitar la paz.
Mientras no se avance positivamente en resolver estos factores, seguiremos lamentando más desgracias.