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Tarapoto
viernes, mayo 3, 2024

Caliéntame más…

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Noches de frenesí seductoras. Tormentas peligrosas que enloquecen hasta matar. El calor quema la piel y enciende el alma. Ese amor caliente, suave y animal. Me encanta sentir esto, estar alborotada y apresurada por esta calentura de la noche. Y antes de que el chocolate se derrita, mejor empiezo la aventura.

Sus bosques que esconden misterios, lagos, pueblos perdidos en el tiempo y mucha aventura. Lagunas cristalinas, cataratas interminables, caminos verdes tan celestiales que incitan a perderse. Y bajo la mirada de un cielo infinitamente azul y de eternos matices, el amor comienza. Las noches animadas convierten a Tarapoto en algo así como un paraíso al alcance de todos.

Hace algunos años dejé esta hermosa tierra, fue difícil, al principio me emocionaba saber que ¡por fin! no tenía que secarme el sudor del cuerpo cada 3 segundos por el excesivo calor que se impregnaba, sin embargo en menos de una semana, empecé a extrañar al sol abrazador que calienta al paraíso situado en el medio de montañas verdes. Sabía que no podía estar lejos por mucho tiempo. Cuando me tocó retornar a la felicidad, sin duda ni murmuraciones regresé a Tarapoto. Desde ahí mi vida es un éxtasis total.

Tarapoto es como una cajita de pandora, pero la diferencia es que el tesoro es visible ante los ojos de todos y no solo de los curiosos. No es necesario buscar minuciosamente un lugar para ser feliz, porque en este páramo, cada esquina es un mundo diferente que te regala alegría.

Las personas en Tarapoto son tan creativas, hace poco me reí a carcajadas cuando en facebook una publicación describía lo siguiente: “Todo lo que se come es rico: el paiche, el chorizo, la cecina, el tacacho, mamaco, suri y chicharra. Las aguajeras son tan divertidas, que a los hombres les preguntan siempre ¿Te lo pelo joven? y ellos emocionados responden ¡De una vez! y se van contentos con su aguaje bien peladito. La lluvia arruina planes y cuando se enfurece inunda todo. Aquí no se toca el timbre porque se va de frente a la ventana y se dice “uuuuuuu” (y no porque seamos hinchas de la “u”). Al caminar las sandalias suenan “sha,sha,sha”. El “si di”, “ya vuelta”, “duro”, “aldian”, “duro ya te espero”, “aquisito nomas” “allawita”, son las frases más comunes para expresarse. A las mujeres se les llama “huambrillas” y con estilo particular manejan sus motos en minifaldas. Los “cumpitas”, las “ñañitas” y los “huambrillos”, todos son personas amables y humildes” ¿Es cierto di? Así se vive en Tarapoto.

El hechizo que embruja a quien conoce Tarapoto es impresionante, es como si la pusanga del amor hubiese hecho efecto. Utilizan rutas y curvas selváticas, las aventuras resultan ser bastante excitantes.
Cuántas historias que contar vividas en la calle de las piedras y en la locura del Stone Wasi y el “Hasta siempre Comandante”, que es el himno que hace que se termine en un orgasmo de emociones, que se mezclan con alcohol y algarabía. Las noches en Tarapoto corazón, son interminables tanto como el amor que se puede disfrutar.

Y si quieres amanecer sintiendo como si fuera el paraíso, nos acoge una laguna azul que enamora y unas cataratas que te hacen tiritar de frío. Los lameños nos regalan su cultura como si el tiempo se hubiese detenido. El arte de los chazutinos y su gente que se desvive por hacerte sentir como en casa es algo incomparable. Si la aventura te llama, el canotaje te deja mojadito de pies a cabeza, eso no importa, porque mientras más agua y más fuerza, disfrutas mejor.

¿Tenemos algo de qué quejarnos? ¿Tenemos algo que no sea perfecto en esta hermosa ciudad? Estamos a puertas para que Tarapoto cumpla 234 años y es justo y necesario sacar el “indanachado”, el “uvachado”, el “rompe calzón”, el “para para”, el “sígueme que te atrapo”, la “viborita” y el “7 veces sin sacar”, un salvajismo embriagador, que nos hace recordar que debemos celebrar en vez de matar lo que tanto seduce, a quien por primera vez llega a estas tierras: su gente.

Hagamos el amor en Tarapoto y no la guerra. Abracémonos y no acuchillemos. Camina en minifalda si tienes calor, ponte tu shinela de colores y disfruta con tu agüita de coco. Y tú, si puedes, caliéntame más…

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