Por Ricardo Quevedo
Dos profesores sostienen el siguiente diálogo, y que representa la inquietud de miles de docentes del país, que siendo la coyuntura política del país que es la vivencia de varios gobiernos que se dejaron arrastrar por políticas exteriores que no era, y no es el reflejo del país, que no ha llegado a tener la independencia necesaria para administrar lo que nos corresponde, para velar por los intereses de los habitantes, vivientes de este país, y no vivir como estamos viviendo bajo la voluntad de los que siempre miran con un ojo hacia fuera, y con el siguiente ojo hipócritamente analizan nuestra mediocre realidad educativa y social.
Leamos la siguiente historia:
-Nos espera una larga jornada de lucha en el Magisterio Nacional –sostiene Hinostroza-, es una de las jornadas bastante singulares, que en nada es comparable con las jornadas de lucha del pasado, puesto que el pasado en lo que a demandas sindicales de los maestros se refiere, ha sido una de las peores y cobardes demandas con esos falsos dirigentes no solo de Lima, sino también del interior del país( en Tarapoto hay a montones), y que en algún momento de la historia futura, deben dar cuenta su mediocre actitud y su cobarde posesión ante una situación económica largamente postergada.
Hinostroza, es un maestro aún joven, pero viejo en ideas sindicales y viejo en ideas de lucha magisteriales. Él vivió ya varios gobiernos, desde Velasco, hasta el actual traicionero Ollanta, pasando por los gobiernos de Belaunde, Alan García y Toledo. Ninguno de estos gobiernos está inscrito con huellas imborrables como los reivindicadores de las demandas de la problemática educativa nacional. Todos cantaron teóricamente la problemática educativa nacional. Llegado al poder, todos dijeron en sus negras y sucias conciencias: “ya fuiste, tonto ciudadano peruano; eres útil solamente para los sufragios de votación, y siga manteniéndote en esta débil posición ciudadana, pues mientras tus ojos no ven, aún viendo, y mientras tu conciencia no da vuelcos de rebeldía, nosotros los políticos presidenciales, seguiremos en lo nuestro: aprovechando de tu ignorancia que te permite ser un arrastrado y casi mendigo ciudadano peruano”.
– Demasiado cuestionamiento le estás cargando al ciudadano peruano, mi querido Hinostroza –es la intervención de Simeón el barrigón -, yo creo que está ya muy bien los calificativos negativos que vienes sosteniendo sobre las espaldas de todos los ciudadanos peruanos; yo creo que todos debemos darnos una nueva oportunidad, para ver algo de mejoría en este país, y esa mejoría debemos sentirlo ya de una manera inmediata, no darnos un tiempo de futuro demasiadamente lejos, y si acaso llega, llegue a pedazos algo de esperanza. A los gobernantes que han de venir, habrá que darles cero tiempos de todo, porque ya todos los tiempos de largas promesas se agotaron, y como tal, debemos darles el cero tiempo y cero esperanzas de todo.
-Aplaudo tu posición, mi querido Simeón el barrigón – es la intervención de Hinostroza-, pero debes agregarle algo más: que la lucha por una justa escala remunerativa de los maestros, debe ser con dirigentes del centro del país, de Junín, Ayacucho, Cuzco, Puno, Arequipa; dirigentes de estos lugares, que no se doblegaron ante ninguna jornada de lucha, siempre con la frente en alta, demandaron que la Carrera Magisterial debe ser rescatada de todas las rapiñas y de todo ladrón de cuello y corbata que gobernaron este país.
Simeón el barrigón, le mira a su amigo Hinostroza, con una mirada reflexiva, mientras se atreve agarrar lentamente un vaso de cerveza que buen rato venía esperando ser absorbida por la boca reseca, que de ambos de tanto hablar, no se daban el tiempo de beber el atractivo líquido de cebada con alcohol combinada, a efecto de esto, por la boca, por ratos a veces les salía chispeantes espumas de saliva.
Cloc, cloc, cloc…se fue adentro por fin el líquido de cerveza. Hinostroza, también lo hacía de igual manera. En la mesa, apenas dos botellas se exhibían. Mientras ambos levantaban el vaso, y se concentraban en la absorción cloc, cloc, cloc del espumeante líquido, una mano casi invisible abandona un sobre en la mesa, a lo que Hinostroza, inmediatamente lo coge y de un solo golpe por el lado extremo del sobre le rompe. El contenido dice lo siguiente:
“Estimados colegas y amigos, recordemos siempre: en el dolor “hermanos”, en la pobreza, “hermanos”, en el sufrimiento, “hermanos” y en la desesperación “solidarización hermanos”.
“Nos corresponde a los maestros –continúa la lectura-, que siempre hemos sido consecuentes, no bajar la guardia un solo instante en estos momentos de dura prueba, en estos momentos de coyuntura política totalmente vendida a la explotadora corriente neoliberal. Debemos mantener la frente y la mirada bien alta; podrán afectarnos económicamente, pero jamás nos afectarán nuestro orgullo de ser primero, ciudadanos dignos; luego, maestros dignos; finalmente profesionales de lucha ejemplares”.