Los Capitanes de Uruguay y Argentina junto al árbitro, el belga John Langenus, que antes de ese partido hizo testamento y firmó un seguro de vida a favor de la familia tras las numerosas intimidaciones sufridas por ambos bandos en los días previos al encuentro. El trato con la FIFA también consistía en su embarque inmediato a Europa al sonar el triple pitido, y así fue.
No fue un partido cualquiera, fue la primera final histórica de la Copa del Mundo, disputada por primera vez en 1930 en el estadio Centenario de Montevideo, instalación levantada con motivo de la primera edición de la Copa del Mundo y que en su momento fue el más grande del mundo América. Estamos en la década de 1930 pero el fútbol ya era un fenómeno social, tanto que ese día cientos de barcos y lanchas partieron de Argentina, sobre las aguas del Río de La Plata, rumbo a Montevideo.
Ante más de cien mil espectadores, de los cuales quince mil argentinos, terminó 4-2 para la anfitriona Celeste, la primera Selección en la Historia del Fútbol en coronarse Campeona del Mundo.