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miércoles, febrero 19, 2025
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MALDITA SEA ¿Que quieren las mujeres?

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Próximos a la llegada del 14 de febrero, San Valentín, sí, ese que encandila y vuelve a enamorar, hacemos un reencuentro de todos los episodios en donde las mujeres muestran su mejor y peor cara frente a ellas mismas y todo el mundo.

1. La que celebra el día de la amistad:

Sabes que no es un día especial, en el fondo de tu alma sabes que no es el día de la amistad para quienes no tienen pareja, pero sienten que si los chinos pueden tener su año nuevo el 19 de febrero, tú puedes celebrar San Valentín sin pareja. Bien por ti, extraña criatura.

Aunque digas que no y que afirmes con vehemencia que este día es solamente comercial, ahí estás, posteándole a tus amigas y dejándoles notitas cariñosas por facebook que hacen que sus padres se pregunten si está jugando para el otro equipo.

2. La que su relación está por morir y no sabe cómo actuar ese día:
Pasar soltera San Valentín puede ser un día totalmente nauseabundo, pero nada supera a la patética situación de tener pareja y estar en uno de esos limbos sentimentales en los que está claro que hay algo entre los dos, pero no estás segura si es que caen en la categoría de homenajeados por cupido, por lo que tu día es una mezcla bipolar de “todo bien con que no hagamos nada por San Valentín” y “si me mandas flores probablemente voy a interpretarlo como que quieres pasar el resto de tu vida conmigo”.

3. La insoportable que recibe regalos en la oficina:

Te odiamos y eso lo digo en nombre de la mayor parte de mujeres compañeras de oficina de esta chica que se ganó la lotería y que es homenajeada no sólo en San Valentín, sino todas las semanas, a viva voz, TE ODIAMOS, o simplemente, de dónde encontraste a ese hombre, pásanos el dato.

Te odiamos porque vamos a ver entrar el ramo y en el fondo todas vamos a desear que sea nuestro. De ahí van a decir tu nombre y cual actrices nominadas que acaban de perder el Oscar, vamos a guardar nuestra rabia asesina bajo muecas de falsa emoción. Por supuesto de ahí pasaremos a los comportamientos femeninos pasivo agresivos en los que haremos comentarios que parezcan ser piropos, pero en realidad serán dardos venosos como “yo me muero si me mandan algo así” o “A mí personalmente no me gustan las rosas porque son súper trilladas y poco personales, pero están lindas las tuyas”.

Al final del día, nuestra envidia es tu progreso.

4. La que envía mensajes subliminales:

La que dijo que no quería hacer nada esperando que el novio leyera entre líneas que en realidad quería pasar un fin de semana romántico, pero el novio no logró descifrar este código militar, así que realmente no hizo nada, lo que causó una pelea campal acerca de cómo él no se esfuerza lo suficiente y ya no quiere conquistarla todos los días como Adam Sandler a Drew Barrymore en 50 primeras citas.

5. La cupida:

Hay algo que una mujer sabe hacer con destreza y es vivir a través de otra, así que ahí estarás, cortando fotos, inflando globos, sugiriendo ideas que deberías estar haciendo tú para tu hermoso novio, pero el idiota insiste en no existir. Un aplauso para estas heroínas invisibles, que cocinan las cenas románticas y arman la sorpresa, sin recibir sexo de celebración a cambio.

6. La romántica sin beneficio:

La preocupada, detallista, con una mente que parece una interminable poesía, la buena noticia si eres su enamorado la vas a pasar increíble cuando te dé su regalo, la mala noticia: la vas a pasar horrible cuando le des una polera después de que ella mandó a traer de un país lejano los huesos del dinosaurio favorito cuando era niño.

7. La bomba de tiempo:

La mitad del día la pasa bien, no tiene pareja, sabe que hay amor en el mundo y eso le hace bien al planeta, a las plantas, a la energía. Que se amen otros y llenen de alegría esta tierra, tú estás tranquila con eso, es más, eres la primera en aplaudirlo y de pie. Hace creer que todo está bien y en el fondo está queriendo hacer genocidio con todas las parejas que se aman en el mundo.

En algún momento de mi vida fui cada una de las mujeres descritas anteriormente, luego me persiguió la maldición de 14 de febrero y no lo celebro hace más de 5 años, así que esta vez dejaré que la creatividad y romanticismo fluya, sin presión, ni nada, simplemente esta vez “esperaré sentada en malva”, como diría mi abuelita.

Feliz San Valentín

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