Su potente mensaje sobre el cuidado de la tierra la reconciliación social, como pilares para la paz y la vida en el planeta
El papa León XIV al inició su pontificado con multitudinaria misa en la Plaza San Pedro y recibió el saludo de los dignatarios del mundo
La misa, fuertemente custodiada y retransmitida globalmente, marca el inicio de un liderazgo que promete dar prioridad a los valores de igualdad y justicia, mientras enfrenta las realidades de un mundo siempre cambiante.
El papa León XIV inició oficialmente su pontificado con una misa multitudinaria en la Plaza de San Pedro, ante más de 500 mil fieles y delegaciones de 150 países. Durante la ceremonia, recibió el palio y el Anillo del Pescador, símbolos de su autoridad como sucesor de San Pedro.
En su homilía, hizo un llamado a la unidad y la reconciliación, tanto dentro de la Iglesia como en el mundo, abogando por superar el odio, la violencia y la exclusión. También expresó su deseo de ser un servidor humilde y dialogante, alejándose del autoritarismo y promoviendo una Iglesia más inclusiva y participativa.
La entronización de León XIV fue un evento de gran relevancia para Perú, país donde residió durante casi cuatro décadas y del cual obtuvo la nacionalidad en 2015. La presidenta peruana, Dina Boluarte, asistió a la ceremonia, y numerosos peruanos en Roma celebraron con emoción la elección de un papa con fuertes vínculos con su país.
El tierno momento que el papa León XIV protagonizó junto a su hermano Louis Prevost en misa de entronización
El sumo pontífice rompió una vez más el protocolo habitual. Su cordial distancia con los presentes, cambió al momento de ver a su pariente. El líder de la iglesia católica no ocultó su emoción y se diferenció, una vez más, de papas como Juan Pablo II y Benedicto XVI que estuvieron en la misma situación
Al hablar en castellano y saludar a su diócesis en Chiclayo, Perú, se suma un gesto que enterneció a los asistentes y feligreses que presenciaron la entronización del papa León XIV a distancia. Durante el saludo tras la misa inaugural, el máximo pontífice rompió el protocolo habitual al ver entre los presentes a un ser muy querido para él: su hermano mayor, Louis Prevost.
Este momento, cargado de simbolismo y emoción, tuvo lugar en la Plaza de San Pedro en Roma, y destacó por su simplicidad y autenticidad en medio de la solemne liturgia. El ver a su hermano generó tal emoción para el ahora líder de la iglesia católica que no dudó en abrazarlo, un gesto que no tuvo con ninguna otra persona del lugar.
El abrazo entre los hermanos Prevost, que rompió con la tradición de la distancia protocolaria, fue un recordatorio del amor familiar en el contexto de una institución tan antigua como la Iglesia. Este gesto, que no fue ensayado ni planeado, capturó la atención de los miles de fieles, líderes religiosos y autoridades presentes, quienes vieron en él una manifestación de afecto genuino. El medio News Digitales destacó que, a diferencia de otros papas que también tuvieron hermanos, como Juan Pablo II y Benedicto XVI, nunca se había presenciado un abrazo público de esta naturaleza en una ceremonia papal.
La reacción de los presentes en la Plaza de San Pedro fue de sorpresa y emoción. Algunos aplaudieron, mientras que otros se persignaron con lágrimas en los ojos. Entre los asistentes, una religiosa argentina expresó que el abrazo fue “el momento más auténtico de toda la ceremonia”, destacando que en ese instante se pudo ver al hombre detrás del Papa, lo que les dio esperanza.